El tripartito de Calp presume de "buen rollito"

El gobierno de la "diversidad ideológica" exhibe "buena sintonía" al cumplirse sus primeros 90 días.

La alcaldesa anuncia un intenso fin del "Año Bofill" y las efemérides de los cien años de la cofradía de pescadores y los 25 de los Xirimiters del Carellot y los costaleros de la Mare de Déu de les Neus

Ana Sala, en su investidura, flanqueda por Ximo Perles y Guillermo Sendra

Ana Sala, en su investidura, flanqueda por Ximo Perles y Guillermo Sendra / A. P. F.

A. P. F.

Encantados de haberse conocido. El tripartito de la "diversidad ideológica" (Somos Calpe, PSOE y Compromís) está a partir un piñón. Hace menos de un año este pacto era ciencia ficción, una entelequia. Nadie se imaginaba que Ana Sala, la alcaldesa popular de la nostalgia, acabara pactando y haciendo buenas migas con esa oposición de socialistas y valencianistas que le daba estopa de la buena. Pero llegó la crisis en el PP local y Ana Sala y sus socios de Ciudadanos fundaron Somos Calpe y pelearon cuerpo a cuerpo con los populares de César Sánchez en las elecciones. Las vueltas que da la vida. Ana Sala y sus nuevos socios exhiben unidad y hasta complicidad. La alcaldesa tiene química con el portavoz del PSOE, Guillermo Sendra, y con el portavoz del gobierno local, Ximo Perles, de Compromís.

Tanta sintonía les hace adelantar las efemérides. No han podido esperar a los 100 días para presumir de "buen rollito", expresión coloquial utilizada por Sendra para describir que son "un único equipo, comprometido y responsable". A los 90 días, ya hacen balance y responden a los "escépticos". "Estamos trabajando en muy buena sintonía", proclama la alcaldesa que, siempre inclinada a las explicaciones emocionales, destaca que Guillermo Sendra y ella pertenecen a la misma quinta y han sido juntos festeros y que Ximo Perles "podría ser mi hijo y todos lo queremos como es".

Mientras, el portavoz del gobierno anuncia que el presupuesto definirá ya claramente "el nuevo impulso político". Asegura que lo primero ha sido dotar de jefes al área de Educación, Cultura y Deportes y al de Transparencia, Participación Ciudadana, Fiestas y Protocolo. "Sin técnicos no sale el trabajo adelante", reflexiona Perles, que recuerda que el gobierno local, con 5 concejales sin experiencia en el ayuntamiento, es "muy nuevo".

La diversidad ideológica está ahí. Eso no lo niegan los socios de gobierno. Ana Sala rebulle cuando se le pregunta si cambiarán de planes y no le pondrán al vial J el nombre de avenida de Felipe VI. Nunca ha ocultado que es monárquica. Pero en el gobierno hay concejales con sensibilidades republicanas. No es un problema. Hay espacios (calles, en este caso) de consenso. Ximo Perles señala que lo importante es corregir la brecha de género en el callejero y bautizar calles con nombre de mujer (ahora solo hay dos). El concejal socialista Marco Bittner asiente y recuerda que hay muchas calles anónimas en las urbanizaciones. Puntualiza, eso sí, que pondrán nombres sin armarle un taco a Amazon ni a los taxistas y carteros.

El tripartito ha cuajado. La alcaldesa enumera proyectos inminentes: 15 pasos de peatones inteligentes, la reparación del acceso a la cala Calalga, la recuperación para uso público de la plaza del Mediterrani, la licitación de las obras del segundo instituto y el colegio de educación especial Gargasindi... Ana Sala también avanza que el final del "Año Bofill" va a ser sonado. Anuncia que el próximo año también será de muchas efemérides, la de los cien años de la cofradía de pescadores (urge rehabilitar el puerto) y la de los 25 de los Xirimiters del Carellot y los costaleros de la Mare de Déu de les Neus.

El gobierno de la diversidad política no adelanta nada revolucionario. Seguro que trabaja con sigilo en la protección del Pla de Feliu, una prioridad en campaña para el PSOE y Compromís. En el balance de los 90 días, no dice nadie ni mu.