La vitamina de las clementinas de les Valls llega a la mesa del restaurante del Padre Ángel como un bocado de lujo. «Son las mejores naranjas que he probado nunca». Estas fueron las palabras del mediático sacerdote católico tras recibir el primer envío de clementinas que les llegaban desde la subcomarca de El Camp de Morvedre.

Esta iniciativa surgió de la mano de Ángel Sanchis y Rosa Caudet, un matrimonio de jubilados de Benifairó de les Valls que, viendo cómo su cosecha se quedaba en el árbol tras las reiteradas lluvias del pasado mes, tomaron la iniciativa de sacar punta a la adversidad. «Para la comercialización, no las querían. Las persistentes precipitaciones dañaron mucha fruta, pero la que cogemos y traemos a casa está exquisita, así que pensamos que alguien debía aprovechar nuestro esfuerzo de todo un año para producirla», afirma Rosa a Levante-EMV. Esta mujer, comprometida con los más desfavorecidos en reiteradas campañas, vio en el Padre Ángel un compromiso ejemplar con los sin techo, de ahí que optase por acercarse a su proyecto y convertirse con ello en una mensajera de la paz. «Yo le veía en la televisión y sentía suma admiración por su labor, de ahí que pensamos en la posibilidad de enviar las naranjas para su proyecto», añade esta vecina de Benifairó.

La recolección de la fruta, su preparación en cajas y el envío corre a cargo de estos dos jubilados, que a pesar de sufrir las consecuencias nefastas de la climatología en su campaña de naranja, han querido plantar cara a la situación y ofrecer ayuda a cuantos más lo necesitan.

«La verdad es que es una pena verte obligado a tirar la fruta de los árboles. Estamos todo el año cuidando la cosecha y ahora, como mínimo, hemos querido acercarnos a quienes más lo necesitan y aportar cuanto podemos. Enviamos unos 30 kilos diarios en cajas que llegan al día siguiente al comedor del Padre Ángel», comentaba Ángel Sanchis.

Estos dos jubilados han tenido que buscar una empresa de transporte que lleve la fruta hasta el barrio de Chueca de Madrid, así como el envase para realizar los envíos. No obstante, en esta labor han encontrado también la colaboración de cuantos han conocido la iniciativa. «Me acerqué a Frutas Plasencia para que me informasen de dónde podía comprar las cajas y, tras comentarles mi intención, de inmediato se sumaron al proyecto y me las suministraron sin coste alguno», explica Rosa Caudet. En esta misma línea, la firma Redyser ha facilitado el transporte de la fruta hasta su destino.

No obstante, los verdaderos protagonistas de esta iniciativa son Ángel y Rosa que día tras día se encargan de recoger, preparar en cajas y sufragar el envío de la fruta hasta su destino. «Se trata de ser conscientes de la situación que vive el mundo. Hay muchas personas desprotegidas, sin casa o alimentos. Lo poco que podamos aportar, lo hacemos. Siempre hemos intentado estar en Intermon Oxfam, Cruz Roja o Solidaridad y Ayuda a la Infancia de Madagascar», comenta Ángel.

Esta acción solidaria protagonizada por dos jubilados que han sabido hacer virtud de la adversidad permitirá que centenares de personas puedan disfrutar de las clementinas de les Valls. Un postre sumamente apreciado por cuantos logran salir adelante gracias a la labor de personas implicadas en Mensajeros de la Paz, el Restaurante Robin Hood o la Iglesia de San Antón del barrio de Chueca de Madrid.