Algo más de sesenta mil habitantes. Una peculiar orografía que condiciona su trazado urbanístico y le ha granjeado el nombre de ciudad de los puentes. Una historia muy relacionada con la Revolución Industrial en España, en especial con el sector textil. Y una escena musical que goza de un estado de salud envidiable, no solo por la cantidad de propuestas que reúne, sino también por su calidad. Bienvenidos a Alcoi.

«Amigos de fuera me comentan que quizá el pasado industrial, marcado por gente emprendedora y revolucionaria, nos haya influenciado de alguna forma», comenta Estela Tormo, líder de Júlia. Damià Llorens, cincuenta por ciento del dúo We Are Not Brothers, parece estar de acuerdo, y añade que «nuestro carácter emprendedor y nuestro pasado industrial, burgués, de guerra de clases, es un caldo de cultivo que propicia una tradición cultural potente. La burguesía tenía recursos, pero la clase obrera alcoyana era muy cultivada».

Gilberto Dobón, que pasó por el Espai Jove de la ciudad y actualmente trabaja en el Centre Cultural Mario Silvestre, apunta también la disponibilidad de «espacios asequibles donde poder ensayar, salas y bares que apuestan por la música en directo y un mínimo apoyo institucional», sin olvidar que «el abaratamiento de la tecnología, junto con el uso inteligente de internet como herramienta de difusión, ha hecho que productos geniales destinados a morir en este pueblo entre barrancos hayan llegado a un público global y a los medios especializados. En Alcoi siempre ha habido escena, pero no existían las tecnologías que ahora permiten atravesar las montañas».

Así es como el resto del país se ha enterado de la existencia de un puñado de artistas que no solo graban discos con un nivel medio de calidad más que notable, sino que, además, se distinguen, en su gran mayoría, por eludir con inteligencia las fórmulas más gastadas en ámbitos pop y rock.

Catálogo diverso

Buen ejemplo de ello es Arthur Caravan, recientemente reconvertidos en cuarteto y a punto de entrar en el estudio para grabar la continuación de Atles enharmònic (2011), uno de los discos más celebrados de los últimos años en la Comunidad Valenciana. Su cantante, Pau Miquel Soler, publicó en 2013 L´amor o la guerra, donde musicaba a Vicent Andrés Estellés, y varios miembros del grupo secundan al poeta y performer Héctor Arnau en otro proyecto, Las Víctimas Civiles, «el mejor grupo en valenciano que canta en castellano», según ellos mismos se definen. La banda, que ha transformado en canciones los cáusticos textos de Arnau, es una auténtica bomba de relojería, que estallará el próximo 20 de noviembre. «El disco saldrá ese día porque la fecha está relacionada con el título, que hace referencia a la historia de España», explican sin dar más pistas sobre el asunto.

Arthur Caravan fue también la banda que secundó a Hugo Mas en Wegener (2013). El escritor cultiva una intensa actividad musical, que acaba de tener correlato en Pentàpolis, esta vez grabado con Cavallo, y de nuevo con ambición conceptual. «Necesito trabajar alrededor de un concepto; en caso contrario, acabo perdido o desinteresado», reconoce Mas. «Sería un reto para mí hacer buenas canciones individuales. Los próximos tres discos los tengo ya totalmente perfilados, aunque aún no sé con quien los grabaré». Pentàpolis surge cuando Cavallo, un grupo que viene de la música de raíz y de inspiración oriental, deciden tocar instrumentos occidentales. «Me mostraron las atmósferas oscuras y enrarecidas que estaban construyendo y nos planteamos si era capaz de unirme a sus ritmos rotos con el saxo y la guitarra eléctrica». El resultado es una fascinante amalgama de no wave, free jazz y spoken word que crea adicción.

Júlia es la novela más famosa de la alcoyana Isabel-Clara Simó. También la banda de Estela Tormo, pródiga en referencias literarias (su primera demo homenajeaba a Manuel de Pedrolo). Tras pasar por el grupo de Néstor Mir o Tursun Gül, se tomó un respiro que duró poco, gracias a las posibilidades de grabación del iPad. «Empecé a jugar con el ukelele, como un experimento muy personal, y acabó derivando en Júlia», explica. Después se unirían al proyecto Lídia Villa y Jaume Pla, con quienes ha confeccionado un primer álbum titulado Nuvolàstic, tan sugestivo como ecléctico. «No nos marcamos ningún objetivo, no teníamos una idea preconcebida sobre cómo queríamos sonar. Hasta el final no vimos el abanico tan amplio de estilos que abarcaba el disco. Ha sido algo natural».

En el ámbito electrónico, We Are Not Brothers son la punta de lanza, aunque se encuentran en «un momento de momento de reestructuración, a punto de grabar nuevo disco, orientado al post-punk y con colaboraciones de grandes artistas nacionales e internacionales de los ochenta», según comenta Damià Llorens, que asegura que la escena electrónica de la ciudad goza de buena salud en lo que respecta a los home producers, que prefieren no dar el salto al directo.

También tiene base de operaciones en Alcoi el proyecto multidisciplinar de VerdCel, la apuesta balcánica de Pelandruska o el veterano cantautor Jordi Gil, coetáneo de Ovidi Montllor, que ha reaparecido recientemente con el disco Sirena de la llibertat.

Un sello común

Muchos de los músicos citados publican sus discos con el sello cooperativo Música de Telers, que, según Pau Miquel Soler, es «una estructura legal e independiente para poder poner iniciativas en marcha y ayudarnos unos a otros». Damià recuerda que «el detonante fue el reportaje y CD sobre la escena alcoyana que publicó la revista Enderrock en 2011». Se trata de un proyecto multidisciplinar (abundan los músicos, pero hay también representantes del sector audiovisual y literario) que Llorens define como «un bebé en pañales que gatea y crece poco a poco».

Hugo Mas va más lejos y cree que debe ser «una estructura útil y eficiente para la transformación social, y no solo del segmento musical de la ciudad», mientras que Gilberto Dobón no duda en calificar a Música de Telers como «uno de los hitos culturales más importantes de los últimos veinticinco años en Alcoi, una asociación cultural activa que edita al margen de la industria bajo licencias creative commons y organiza circuitos de actuaciones con inteligencia y eficacia». Y añade: «Es la punta de lanza de la escena local, que está generando las sinergias e inercias que han posibilitado este momento álgido». Alcoi, año 2015: Creatividad, autogestión, conciencia e independencia. Parece fácil, ¿verdad?