La Semana Santa es una época excelente para hacer una escapada rural a algún bonito pueblo. Con la llegada de la primavera comienza a hacer mejor tiempo, vuelve poco a poco el calor y los días son cada vez más largos. Por eso, escapar de la ciudad aunque sea por un par de días durante estas fiestas para desconectar del estrés es una idea genial que ayuda a volver con las pilas recargadas. Por suerte, la Comunitat Valenciana esconde muchos municipios con un encanto especial.

Morella

El municipio castellonense de Morella está abrazado por 1.500 metros de muralla y 16 torres, con su imponente castillo a lo alto de un peñasco que traza una línea entre la montaña y el cielo. Este castillo es probablemente su edificio más emblemático, por su enormidad y su ubicación, rodeando las calles del pueblo y en lo alto. Pasear por las calles de Morella también es una buena opción; se pueden conocer sus quesos, miel y dulces típicos en las panaderías, además de su tradición textil, como la manta morellana y las alpargatas. También cuenta con otras atracciones turísticas, como su acueducto o el museo etnológico.

Bocairent

Si eres una persona apasionada de la cultura medieval tienes una visita obligada a Bocairent. Este pueblo esconde detrás de sus callejuelas empinadas y ruinas medievales una gran historia. Toda la cultura que alberga, hace que cuente con varios museos: el Museo Arqueológico Municipal, el Museo Antonio Ferr, el Museo de Oficios y Costumbres, el Museo Festero o el Museo Paleontológico. Quien se deja caer en Bocairent tiene que visitar su histórica iglesia parroquial que cuenta, además, con su propio museo. Asimismo, la Cava de Sant Blai, es uno de los neveros más conocidos. Antiguamente se utilizaba para guardar hielo, y este en concreto está muy bien preservado, por lo que merece la pena verlo.

Chulilla

Chulilla es un municipio de la provincia de València que se encuentra en la comarca de Los Serranos. Ofrece diversas actividades: paseos a caballo, senderismo y escalada, que se pueden combinar con el descanso en su balneario. No puedes abandonar el municipio sin visitar su castillo, una auténtica fortaleza. La parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles también tiene un alto interés turístico. En el barranco de Falfiguera hay pinturas rupestres, descubiertas en 1998, y restos arqueológicos.

Culla

El municipio de Culla, que se encuentra en Castellón, tiene un encanto especial gracias a sus calles y rincones que conservan a la perfección la atmósfera de tiempos remotos. Su casco antiguo, uno de los conjuntos históricos mejor conservados del arco mediterráneo y declarado Bien de Interés Cultural en 2004, ofrece un recorrido por edificios cargados de historia y callejuelas llenas de tradición. En Culla también se encuentran monumentos tan interesantes como el arco de la Porta Nova, las ruinas del antiguo castillo árabe, con los restos de las murallas y la Iglesia Parroquial de El Salvador. Además, existen otros edificios de gran interés como son el Granero del Comendador, conocido como "la Presó", o el Antiguo Hospital.

Peñíscola

A pesar de que Peñíscola ha tenido un papel muy relevante en la historia ya desde época fenicia, su personaje más ilustre es de época medieval: el Papa Luna. Precisamente, su castillo es el principal atractivo turístico de la localidad, pero no el único, ya que en términos de naturaleza esta destaca por la Sierra de Irta, un paisaje virgen idóneo para gozar de una jornada de senderismo.

Guadalest

Guadalest se ubica en el interior de la provincia de Alicante, en la comarca de la Marina. Su castillo y su monasterio tienen unas vistas espectaculares, en lo alto de una montaña. Además, cuenta con varios museos: el de vehículos históricos, el de muñecas de Antonio Marco y el Micro-gigante.

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