Pasapalabra por fin ha dado con dos concursantes excepcionales que prometen repetir hasta la saciedad los duelos que protagonizaron hasta marzo pasado los que, probablemente, hayan sido los participantes con más programas a sus espaldas: Orestes Barbero y Rafa Castaño.

Se trata de Fer y Moisés, dos concursantes que, hasta el momento, se han enfrentado en 22 ocasiones para intentar hacerse con un bote que ya supera el medio millón de euros y que están brindando emocionantes duelos a la audiencia.

Rosco de Pasapalabra entre Fer y Moisés

Uno de los últimos enfrentamientos entre Fer y Moisés en el rosco de Pasapalabra ocurrió el viernes 23 de junio en una prueba final que levantó del sillón a más de un espectador.

Fer fue quien inició el rosco al ser quien había acumulado más segundos durante los juegos previos. El joven comenzó discreto pero pronto cogió carrerilla y realizó dos turnos consecutivos de siete aciertos cada uno.

Por su parte, Moisés iba mucho más despacio, con turnos de cuatro aciertos e incluso uno de cinco.

Al empezar la segunda vuelta, ni Fer ni Moisés tenían errores en su rosco de Pasapalabra, aunque a ambos les restaban aún bastantes palabras para completar la prueba.

Con 21 aciertos y cuatro definiciones todavía por resolver, Moisés decidió jugársela. "Con la P: barra de pan", repetía el presentador, Roberto Leal. Y Moisés, dudando, respondió: "Pistola". "Sí", dijo el presentador y el concursante respiró aliviado antes de volver a pedir Pasapalabra y, por tanto, cambio de turno.

Fer y Moisés, en el rosco de Pasapalabra.

Así las cosas, con un acierto menos que su rival, Fer se vio obligado a lanzarse a la piscina aunque no lo tuviese claro. Un posible empate era siempre mejor que perder ese programa de Pasapalabra, algo que le ocurriría si ni siquiera se arriesgaba. "Voy a decir una que es un poco figurada, a ver si la recoge el diccionario", se justificaba de antemano Fer.

"Con la R: alivio", recordaba Roberto Leal. "Respiro", contestó Fer. "Sí", y el concursante no salía de su asombro y reconocía que ahora sí podía respirar.

Turno ahora para Moisés, con apenas unos segundos y tres definiciones de las que no estaba seguro. "Con la G: cesto de madera de avellano", cuestionó el presentador de Pasapalabra. Moisés miró a su contrincante, resopló, sonrió y calló. El tiempo se agotó en un instante y ambos concursantes se abrazaron sonriendo, sabedores de que un empate era lo mejor que les podía ocurrir en esas circunstancias ya que, entre otras cosas, les garantizaba la permanencia para el siguiente programa.

Para el lunes 26 de junio, el bote volverá a subir otros 6.000 euros y ya serán casi 520.000 euros el dinero que Pasapalabra pondrá en juego.