TRIBUNA

Bibliotecas y mujeres

Amparo Zacarés

Amparo Zacarés

Este otoño se conmemora la VIII edición del Día de las Escritoras el lunes 16 de octubre. Se trata de una celebración que, desde hace ocho años,vienen impulsando la Biblioteca Nacional de España (BNE), la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE) y Clásicas y Modernas, Asociación para la Igualdad de Mujeres y Hombres en la Cultura (CyM) . Esta efeméride toma como referencia el lunes más próximo a la fecha del 15 de octubre por ser el día de la festividad de Teresa de Jesús (1515-1582), figura relevante de la literatura mística, a la que se representa con papel y pluma en disposición de escribir. En esta ocasión, la comisaria del evento, la escritora Marta Sanz, ha seleccionado los textos que se leerán en público en varias instituciones, bibliotecas, entidades culturales y centros escolares. Un acto que tiene su punto de arranque en la sede de la BNE en Madrid y que se replicará en diversas zonas territoriales autonómicas ese mismo lunes y a lo largo de las dos últimas semanas de octubre.

Este evento nació con el propósito de reivindicar, visibilizar y poner en valor el legado cultural de las escritoras hispanas e hispanoamericas. De sobra es conocido que las mujeres han leído y escrito desde siempre, a pesar de tenerlo vetado por imposición de sus padres, hermanos y maridos. Leían y escribían a hurtadillas, una vez acababan las labores domésticas y en muchas ocasiones tuvieron que trasvertirse onomásticamente y firmar con nombre de hombre para poder publicar. No cabía otra posibilidad cuando ni leer ni escribir eran actividades consideradas femeninas y el intelecto y el genio para la escritura se asociaba únicamente a un ser ontológicamente masculino. Sacar a las escritoras de la oscuridad y darles presencia en los anaqueles de las bibliotecas y en el relato cultural, era algo prioritario y urgente. Con esa intención se creó esta conmemoración que está hoy consolidada y es esperada cada vez más con una mayor expectación.

Claro está que lograr un cambio de paradigma que reconozca la participación coral de mujeres y hombres en la cultura, no se consigue en un único día conmemorativo. Por este motivo, a esta acción se suma la labor continuada que realiza Clásicas y Modernas para visualizar las obras de autoría femenina en el marco del proyecto Bibliotecas en Igualdad. Con este fin promovió recientemente la investigación :¿Dónde están las mujeres en las Bibliotecas? Buenas prácticas con perspectiva de género, subvencionada por el Ayuntamiento de Valencia y en la que participaron diversas bibliotecas municipales de la red de Bibliotecas en Igualdad. De este trabajo de campo cabe reseñar las experiencias concretas de buenas prácticas que las bibliotecas pusieron en marcha para afrontar el reto de la igualdad y que pueden servir de modelo a otras más. Por otra parte, de los resultados obtenidos se desprende, en primer lugar, la necesidad de disponenr de un catálogo desgregado por sexo para poder identificar la autoría de las obras que lleguen a los archivos y así ofrecer una mejor información . En segundo lugar, al comprobar que apenas existen cursos, ni formación específica sobre perspectiva de género y bibliotecas, se aconseja potenciarlos para saber cómo integrar la tranversalidad del principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres. Finalmente, dado que las mujeres son el exponente de la desigualdad estructural que padece el 50% de la población, se recomienda incluir sistemáticamente la variable de sexo en las estadísticas, encuestas y recogidas de datos que se lleven a cabo.

De tal modo que, incorporar la perspectiva de género en las bibliotecas, no puede ser algo opcional ni debe dejarse al azar de la voluntad política de turno. No hay que olvidar que el Día de las Escritoras surgió como una jornada reivindicativa por la igualdad en las letras y la cultura. Es cierto que con ésta y otras iniciativas más, comienzan a darse atisbos de esperanza y, aunque aún quede mucho por hacer, lo último es encogerse de hombros y desanimarse. Más bien hay que levantar la moral, lanzar una risa resplandeciente y entregarse al poder de la acción que provoca la alegría. Algo que en esta VIII edición, dedicada al placer, la risa y la alegría de las mujeres, viene como anillo al dedo.

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