AVVAC por Pérez Pont

Ángeles Sanmiguel

Ángeles Sanmiguel

 “De vez en cuando alguien tiene que dar la cara, pero es peligroso”. Graham Bell Tornado artista transdisciplinar queer presentó los “IV Reconoixements AVVAC (Artistes Visuals de València, Alacant i Castelló)” ante profesionales de un sector actualmente indignado debido a la obsesión neurótica del actual gobierno de la Comunidad Valenciana por atacar todo cuanto sublima el progreso creativo y su totalidad de facetas y miríadas de satelitales. Mediante un inverosímil plan de acechanza y derrocamiento de titulares con reconocida capacidad gestora capaces de programar acorde al siglo veintiuno abriendo mentes a las nuevas realidades y esclarecedoras inquietudes, los nuevos “sillones” materializan a marchas forzadas una normativización involutiva de las artes seleccionando a personas adoctrinadas como cabezas de cartel. ¿Será por censurar? ¿O será en primera y primordial instancia por la derivación partidista y fullera del erario público? “La verdad os hará libres”, (Lucas VIII, 32). “Si ha habido una puerta abierta ha sido por José Luis” Pérez Pont, declaraba el representante de la Asociación Nacional de Investigadores de Artes Visuales (ANIAV). “¿Cuál es nuestra posición dentro del sector? Estamos por la libertad de expresión, las últimas cosas que han pasado no se pueden tolerar”, dijeron desde la Asociación Valenciana de Críticos y Críticas de Arte (AVCA). Por su parte el portavoz de la Asociación Valenciana del Profesorado de Dibujo (AVPD) participaría en los alegatos para “reivindicar las necesidades básicas, chiquillos compartiendo contenidos audiovisuales sin los conocimientos necesarios” algo común en cualquier entorno y por supuesto en el educativo. Por su parte la voz de la Mujeres en las Artes Visuales Contemporáneas (MAV) señalaría: Estos “sucesos lamentables e indignantes que estamos viviendo” emponzoñan el orbe de la cultura y no pueden más que presagiar peor futuro para la presencia de la mujer en un área profesional cuya estructura frena el poder alcanzar esos inexcusables porcentajes que las equiparen a los hombres, sólo el “quince por ciento en exposiciones”, actualmente la vibra asociativa de tal organización se centra en el “legado de artistas mayores”.

“Estamos desaparecidos en los medios de comunicación” afirma Rafael Tormo i Cuenca presidente de AVVAC, arengando a los colectivos en pos de algo radical y con fundamento: “Volver a reactivarnos como cuerpo político”. Innegable es el sobrecogimiento ante inauditos y vertiginosos ceses y censuras y, “no teníamos las estructuras para responder”, indica Tormo, ahora, con las cartas sobre el tapete, firmeza y unión resurgen planteándose como nuevos instrumentos en la dramaturgia defensiva ante la desfachatez, despotismo e inverisimilitud del ataque por parte de instituciones que en su deontología debieran practicar, en lo más posible, el propiciar la calidad en responsables al frente de organismos ligados a las artes, y no imponer, por ordeno y mando, la sinrazón de un servilismo apolillado y las indecibles prácticas políticas, religiosas y sociales tangenciales. Desgraciadamente, durante cuatro años, tras cesar, con artimañas legales o arbitrariamente, a quienes representen un peligro para las devastadoras jugarretas de los citados nuevos “sillones”, se atacará cualquier prosapia disidente, diversa y, por supuesto, los nuevos discursos conceptuales que tendrán que sobrevivir en coma inducido hasta la reanimación cuando llegue el ineludible cataclismo del cenáculo gobernante pactado. Cuatro años para forrarse y desgraciar cualquier movimiento cultural y artístico floreciente. ¿Apuntillando la libertad ahogándola en su propia sangre? ¿Amancebamiento dando saltos por los despachos de la “cocina” política hasta lograr ser felpudo vanagloriándose de ser “el gato con botas”? “El nombre del cargo tiene más importancia que el rendimiento” define la regla de Robert sobre la dirección colectiva en “La ley de Murphy del 2000”. Se instaura el manejo, que no la gestión, en función de anacrónicas chifladuras copando las agendas tribunas fijadas en suculentos movimientos presupuestarios y el silencio sepulcral sobre ello. “Cuando cambia un poder no se puede permitir cambiar las estructuras, los políticos tienen que llamarnos para diseñar la gobernanza” en todas aquellas áreas estrictamente artísticas y de su docencia, “que se nos consulte, no nos hemos reunido más que una vez con el IVAM (Institut Valencià d´Art Modern)”. Por cierto ¿cómo es que la citada institución no parece estar, por ahora, en la mira de “il primo motore” capador de la ultraderecha y de su avalador necesario?

“Tuvimos un “déjà vu” como su hubiésemos vuelto al pasado” relata Tormo de lo sucedido el martes veintiuno de noviembre a las cinco de la tarde ante la puerta del Centre del Carme Cultura Contemporània, durante la concentración en repulsa de un contranatura laboral que destituyó por el artículo del señalamiento (la “dedocracia”) a su reglamentario gestor cultural y gerente del Consorci de Museus, José Luis Pérez Pont. “No al cessamente de José Luis Pérez Pont. Per un CCCC obert, inclusiu i trasformador”. Sin duda y tal como referiría en su autobiografía el poeta y naturalista alemán Johann Wolfgang von Goethe, se ha llevado a cabo un “acto mágico contra un molesto intruso”, alguien totalmente inoportuno para ciertos planes dinerarios y de adoctrinamiento. “Es necesario que salgamos de ese espacio, de la derrota, tenemos que ser capaces de transmitir” y alcanzar la asociación de cuantas personas se mueven y remueven el arte. “Reivindicar la necesidad de los colectivos” y, de una vez por todas, no estar “siempre en el cuello de botella del cap i casal”. En el ámbito civil los colectivos artísticos no deben desmayar ante el absurdo de inyectar bilis infundiosa a fin de quitar de en medio a titulares de prestigio internacional. ¿Cómo se ha llegado a considerar admisibles los mostrencos? ¿Qué programaciones y designios se implementarán tras agotar los rescoldos de la anterior gestión? ¿Qué opciones culturales se afincaran en la Comunidad Valenciana? ¿Se adueñará del orbe ciudadano el totemismo religioso mediante la escena artística coronándolo como el sumum de la tradición al igual que el sadismo y parafernalia taurómacas blanqueadas a base de un resucitador gotero a través de los medios de comunicación y, claro está, derivación pecuniaria? ¿Totemismo para salvaguardar una especie de consumidores de dinero público inhábiles en otras esferas? ¿Qué organigrama civilizatorio se quiere imponer carcomiendo los fundamentos educacionales, culturales y éticos? Chulería y violencia, heteropatriarcado y persecución, ¿desde cuándo en una ciudad admirada por su aperturismo, cuna de vanguardias y vanguardistas, se ha dejado colar la ponzoña auspiciada por eslóganes pendencieros y mensajes mesiánicos? Ha llegado el momento de la inconexión entre la Consellería de Cultura y Deporte y el evolucionado e imparable mundo artístico mientras el dinero del pueblo se lavará y centralizará, que para eso se han invertido “muchos duros” en domesticar opiniones públicas, fabricar currículos y prometer lo indecible al capital. ¡Hay que viajar al mundo de las fundaciones! Ahora, sin más, rancios productos psíquicos de añoranza, ensoñaciones blasonadas, visiones de otrora y delirios de cualquier inmune tráfico podrán verse recompensados. ¿Se multiplicará la demanda de trituradoras de papel y de hackers limpia memorias telemáticas? Como en el juego de la oca, la cultura ha caído en el calabozo teniendo que retornar a la casilla de salida.

“Creadores y creadoras son la piedra angular, hemos marcado un antes y después, hibridando lenguajes”, Pérez Pont recibía el homenaje y reconocimiento general en el Centro de Cultura Contemporánea Octubre, materializado en un trofeo, titulado Reality”, esculpido por el valenciano (Albaida) Rafael Amorós cuya obra es “compromiso social con unos planteamientos totalmente libres”- . En la impecable trayectoria de Pérez Pont prima el “apoyo a los agentes culturales” firmemente convencido de que “se podía gestionar de otro modo”, el Centre del Carme alcanzó la cifra de dos millones seiscientas mil personas participantes de sus programaciones durante siete años con Pérez Pont. “Siempre nos encontramos un muro infranqueable o un no se puede” cuando se trata de hacer realidad actividades surgidas del propio centrifugado sociocultural. “Es tiempo de activación y colectividad, gobierne quien gobierne” el amor y la libertad mueven la cultura, “¡seguimos hacia adelante!”. Tal como dictaminó el intérprete de la lógica matemática inglés, partidario del desarme y defensor de la libertad que, en mil novecientos setenta, mensajeaba al Congreso Internacional de Parlamentaros de El Cairo, condenando “a Israel por bombardear Egipto” y puntualizando que “es hipócrita evocar los horrores del pasado para justificar los del presente”, el insigne filósofo Bertrand Rusell: “Con el aumento de la sensación de seguridad se ha producido inevitablemente un aumento del individualismo. Lo que limitaba el individualismo en el pasado era la necesidad de la mutua cooperación”. ¿Por eso ha sido coser y cantar el que se colasen vergonzosos mensajes en los cerebros y por ende en las instituciones? ¿Por el desmesurado egocentrismo desmembrador? Leonardo da Vinci, elegante y culto, hijo ilegítimo de notario, reconocido por próceres tanto de Florencia, Milán o Francia, sobrepasó a lo largo de su vida trabas mediante genialidad y sensibilidad derrocando cualquier veto impuesto por gobernantes. Su “Salvatore Mundi” alcanzó los cuatrocientos millones de dólares en subasta.

“Profesionales sustituidos, marginados”, menosprecio al diálogo, Tormo sabe que es el momento de “repensar y defender muchos procesos”, ante el insulto intelectivo de una catarsis partidista. Hay que “dar herramientas para que la gente se pueda defender” de esta proverbial regresión cultural propia de los “sillones” recién capturados en Valencia, Castellón y Alicante que, tomando mando en plaza no se andan con remilgos. Descriptivo es el estribillo de la canción interpretada a capela por el artista xdrag, transgénero Bell Tornado: “A dedo, a dedo comisarios, directores, a dedo…”. Epilogando el acto sonó la música del maestro José Serrano y el público, puesto en pie, octavilla en mano, coreó el “Him-NO”: Per a ofrenar noves glòries a l´ARTE (…) ¡Pas al sector que avança en marxa triomfal! Per a Tu ¡la censura activa! (…) i es la veu de l´extrema dretaaaa (…) Paladins de l´art t´ofrenen Resistencia numantinaaaa (…) Per a frenar, noves destitucio-ons tots a una veu, germans, xilleu (…) ¡Flamege en l´aire nostra Veergonya! ¡Gloria a la resistènciaaaa!... Dice un proverbio que: “Por falta de un clavo se perdió la herradura. Por falta de una herradura se perdió el caballo. Por falta de un caballo se perdió el jinete. Por falta de un jinete se perdió el mensaje. Por falta de un mensaje se perdió la batalla. Por falta de una batalla se perdió el reino. Y todo por falta de un clavo para una herradura”. Clavo ¿igual a Cultura?