Barbie: Al final, ganó Ken

* Las mujeres, protagonista, directora y motivo central de la película, son quienes se han quedado fuera de unas nominaciones que sí han reconocido el trabajo del único hombre destacable

Ryan Gosling y Margot Robbie en una presentación de la película.

Ryan Gosling y Margot Robbie en una presentación de la película. / EFE/EPE

Isabel Olmos

Isabel Olmos

Lo que ha sucedido con las nominaciones a los Óscar y la película Barbie (nominar al actor, Ryan Gosling, y dejar fuera a la actriz protagonista, Margot Robbie, y a la directora del film, Greta Gerwig) es tan increíble que da para múltiples y variadas reflexiones. La primera, sin duda alguna, es que Hollywood no se ha enterado de nada, ni de qué va película, ni del movimiento o polémica que ha generado a su alrededor. De nada en su totalidad. Se ha ceñido a los parámetros determinados de la actuación cinematográfica para decir 'tú sí' y 'tú no' 'i avant', que diría mi abuelo. Cuestión de calidad. Pura y dura. Ni hombres ni mujeres. Personas. Esa perspectiva 'neutral' que apuesta siempre por la mejor preparación, los mejores perfiles (ya saben) para negarse a la discriminación positiva y políticas de potenciación de las minorías en un sistema que jamás cuenta con ellas. Seguimos.

Otra reflexión, unida a la anterior, en torno a lo que ha sucedido con Barbie es que, habiéndose enterado del supuesto mensaje feminista del film, han pensado que este no va con ellos, que no van a caer. Como buenos integrantes del patriarcado de manual, valoran más la actuación y el protagonismo de él que el de ella. Total, ella hace de Barbie. Una más. Guapa, tonta, insegura, delicada... Tampoco hace falta mucho. No es tan destacable su trabajo. Al igual que el de la directora. Pero él, él hace magníficamente de Ken. El suyo sí que es un papelón. ¡Un señor actor que se viste con ropa de surfero y lo hace tan bien! Menos mal que está Ken, porque es el que le da valor a Barbie.

Margot Robbie en una de las escenas de la película.

Margot Robbie en una de las escenas de la película. / L-EMV

Y otra manera de ver lo que ha sucedido es que sea, quien sabe, un 'acto de justicia'. Recordemos que Mattel articula toda la película y el negocio que se genera basándose en la historia alrededor de una muñeca que, durante décadas, ha escenificado la imagen de la mujer objeto a lo largo y ancho del planeta. Mujer blanca, acaudalada, perfecta, ojos azules, cintura de avispa y unos pies tan empinados que, biológicamente, le habrían impedido caminar. Pero bueno, esa es otra historia. Mattel ha vivido durante décadas de este producto que, de manera innegable, ha provocado muchos momentos de felicidad a muchas niñas, pero también ha generado un terrible y negativo impacto en la manera de observarse y autoevaluarse de miles de mujeres. ¿Creía Mattel que, tras años beneficiándose de las olas de un sistema machista, ahora iba a salvarse del temporal que este mismo sistema genera?

Sea como sea e independientemente de si la película ha gustado más o menos, a quien han dejado fuera de la partida ha sido a ella. A la actriz. Inmerecidamente, la inmensa y profesional Margot Robbie y la directora Greta Gerwig han sufrido en su propia piel lo que muchas mujeres experimentan día a día: invisibilidad, ninguneo, menosprecio y falta de respeto. Como bulto, ellas lo han hecho bien pero el que aspira a un reconocimiento público es él.

Último apunte: bien por Ryan Gosling y sus palabras de apoyo pero, puestos a dejar clara su postura solidaria, ¿por qué no da un paso atrás y renuncia a la candidatura?