Opinión | La ventana

Procesión de borrascas

Desde el primer día de Cuaresma el cuerpo se le transforma. Las marchas procesionales le entran en vena y en el horizonte se forma una espesa nube con olor a incienso que va adueñándose del esqueleto conforme se lleva por delante hojas del calendario. Gente cercana no comparte ni comprende dicha devoción y a él le da igual porque ellos se lo pierden.

La primera vez que salió de nazareno tenía catorce meses. Como el padre portaba al hombro una curiosa insignia en forma de trompeta ornamental llamada bocina, que acompaña al Senatus en recuerdo probablemente de los soldados que custodiaban a Cristo hasta el Calvario, los tíos forcejeaban entre sí para llevar a la criatura en brazos guardando la fila. Hay fotos. A lo largo de los años la pasión fue pasando por distintos estratos, desde el inicial de hacer estación de penitencia con el paso de misterio ahí delante para empaparse de toda la magia que representa el sentir del costalero embarcado en los sones de la música que lo alimenta hasta disfrutar como un chiquillo acercando por lo general a escépticos amigos hasta caer rendidos ante la conjunción de un espectáculo al que es muy difícil no entrar para alguien provisto de la indispensable dosis de sensibilidad y del que jamás apostatarán.

El trance más dramático del ciclo no es el de la crucifixión, puesto que para los creyentes es resarcida al tercer día, sino el del pronóstico del tiempo. Este año aguardó hasta el último instante para no hacerse mala sangre dado que de los anteriores no quería ni acordarse. Se quedó con el primero que sintonizó y encontró lo siguiente con las cofradías dispuestas: «Tenemos tres borrascas a la vista. Una sobre la península, otra en Reino Unido y otra al norte del Atlántico, que también se va a adentrar. Tiempo, pues, desapacible con lluvias generalizadas, viento y nieve». No hay manera. Es hora tomar decisiones. Se impone la Semana Santa cuatrimestral. Y no obstante habrá hermandades a las que les llueva seguro en las cuatro citas, pero al menos acabaremos con la sequía.

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