J. A. Cavanilles (1797): Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del reino de Valencia
“Entre Zucayna y el Castillo de Villamalefa corre el rio de Villahermosa por el profundo cauce que dexan allí los montes, unidos tal vez antiguamente en un solo cuerpo. A no ser por las largas y descarnadas cuestas para baxar al rio por uno y otro lado, sería corta la distancia entre estos pueblos”.
“La situación de aquellos montes, lo destemplado de la atmósfera siempre fría hasta San Juan, interrumpiéndose el invierno por solos dos meses, lo pedregoso en fin y lo quebrado del terreno han sido en todos tiempos de la misma naturaleza”.
Castillo de Villamalefa es un municipio castellonense del Alto Mijares, que se halla a 39 km de la capital provincial, a unos 820 m.s.n.m. El topónimo tiene su origen en el castillo ubicado junto al pueblo, ubicado en un altozano.
Se accede por la carretera CV-20 de Onda a Cortes de Arenoso, y la CV-194 a Castillo de Villamalefa, pasando por Argelita y Ludiente. También se puede acceder por la CV-190, entre Onda y Zucaina. Linda con los municipios de Villahermosa al norte, Zucaina al oeste, Ludiente al sur (los tres del Alto Mijares); y Lucena al este y Chodos al noreste (ambos de la comarca de L´Alcalatén).
Su término municipal se halla atravesado de norte a sur por el río Villahermosa, flanqueado por varios relieves montañosos: en el Este, la Loma Luenga (1.007 m), en el Norte, el macizo de Penyagolosa; y en el oeste, la Peña Roya (1.089 m).
Población y poblamiento históricos
Castillo de Villamalefa tenía 1.339 habitantes en 1900, que ascendió a 1.455 en 1910.
A continuación, experimentó un retroceso hasta los 1.103 en 1930, y una cierta estabilización durante dos décadas: había 996 en 1950. El éxodo rural se intensificó a partir de entonces: en 1960 había 764, en 1981 había 221, 96 habitantes en 2001. El siglo XXI se inició con menos de 100 habitantes. En 2021 hay censados 103 vecinos. La despoblación es un rasgo de este municipio, condicionada por la enorme atracción de los centros industriales de la Plana, en particular los cerámicos. En consecuencia, se trata de un municipio definido por la pérdida de población y un contrastado proceso de envejecimiento.
Históricamente destacó su poblamiento disperso en las masías distribuidas en el término, que antaño permitió una destaca producción de cereales, hoy desaparecida: Mas Quemado, Cedramán, masías de El Colladillo, El Negre, El Royo, Roque Chiva, La Loma, El Royo, etc. A finales del siglo XIX había un millar de vecinos residiendo en las masías.
Una agricultura residual
La agricultura representa escasamente menos del 2% de la superficie del término municipal. El condicionamiento físico, un relieve muy abrupto, y el éxodo rural, dificultan el cultivo. Así lo señalaba Cavanilles a finales del siglo XVIII, “en el término del Castillo hay mucho inculto, por componerse de peñas muy quebradas con poca tierra. En la cumbre de un cerro calizo se ven las ruinas de un castillo, y en sus raíces la corta población de 63 vecinos”.
Predomina la agricultura de secano. Se cultiva cebada (4 ha), maíz (1 ha), tomate y cebollas (2 ha), almendro (18 ha), avellano (9 ha), olivar para aceite (26 ha), y viñedo (5 ha).
Un municipio de montaña con historia
Perteneció a varios señoríos, desde el siglo XIII, como la Baronía de Arenós, y la Casa Ducal de Gandía; posteriormente a la Corona, y al Ducado de Villahermosa (siglo XV).
El casco urbano, de origen musulmán, se desarrolló a los pies del castillo, el cual fue demolido durante las Guerras Carlistas. Del castillo, hoy Bien de Interés Cultural BIC, se conservan restos de murallas, del aljibe y los basamentos de las torres. Además, destaca la iglesia de San Pedro, construida en el siglo XVII, de estilo barroco, y una única nave; y la ermita del Calvario.
El plano urbano se caracteriza por calles estrechas y de trazado sinuoso, como las calles Alta, Extramuros, Zucaina, Olmos, Lavadero… en torno a la plaza de España, a los pies del castillo. Un callejero adaptado a las pendientes y curvas de nivel.
Un patrimonio natural de interés, visitable por rutas
Sobresale el río Villahermosa, con diversos parajes y varias fuentes de su entorno, y el paraje natural del Chorrador, o Chorro del Villar. Es una cascada en el barranco El Centenar, entre los términos de Castillo de Villamalefa y Zucaina. Se accede desde la CV-190 mediante una senda hasta alcanzar la poza.
Castillo de Villamalefa cuenta con una amplia oferta de rutas señalizadas que permite conocer los paisajes y los elementos patrimoniales más interesantes para el turista.
- SL-1 Peñagolosa. Ruta por pista forestal en dirección norte, hasta alcanzar el santuario de San Juan, en el relieve de Penyagolosa. Transcurre por varias masías. El recorrido es de dificultad media, y tiene una longitud de unos 30 km.
- SL-2 del Chorro del Villar. Se trata de una senda muy corta, que se inicia en el kilómetro 39 de la CV-190, que discurre por la ladera izquierda del barranco Centenar hasta llegar a la poza y salto de agua del Chorrador. Hallamos media docena de saltos naturales, unas cascadas que permiten realizar barranquismo.
- SL-3 Cedramán y Zucaina. Se trata de una ruta de unos 16 km, de dificultad media-alta. Transcurre por el mas de Ramos, el barranco de la Losa, el camino de la aldea de Cedramán que cruza el río, y el antiguo camino de Zucaina.
- SL-4 Ruta de las Masías del Norte. Se trata de una ruta de unos 10 km, circular, y de dificultad fácil. Se visitan varias masías.
- SL-5 Senda del Río o Acuática. Desde el puente de la CV-190 se puede remontar el río hasta el merendero de Cedramán. Aguas arriba hallamos los cortados del Estrecho de la Jara. Cedramán mantiene los restos de la antigua central eléctrica y de una serrería. Se trata de una ruta de dificultad media, de unos 5 km.
- SL-6 Ruta de las Masías del Sur. Se trata de un recorrido de unos 14 km, de dificultad media, que recorre un sector del término que transcurre por la fuente de Pinilla, Mas de Ginés y la Masía de Peris.
- SL-7 Senda de Los Bosques. Un recorrido de unos 20 km, de dificultad alta, trazado en el sector occidental del término. Tiene en Cedramán el punto de partida, y recorre varios sistemas de regadío tradicional.
