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Siglos de debate sobre el orden procesional

La ubicación de las cofradías en el desfile ha generado mucha controversia en Alzira

La Cofradía del Huerto al pasar por la Plaça Major. | VICENT M. PASTOR

Se cumplen 150 años de la solicitud y dictamen por parte del Arzobispado de Valencia, respecto al orden procesional de las imágenes en la procesión general del Santo Entierro de Alzira. El 17 de marzo de 1871 el presidente de la nueva Hermandad de la Santa Cruz de Alzira solicitaba que se determinase el sitio que debían ocupar en la procesión, en la que ya aparecían las cofradías «del Huerto, Columna, Ecce-Homo, Nazareno, el Cristo Clavado en la Cruz, el descendimiento de ella, la Virgen de los Dolores, el Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad».

Motivaba su solicitud al Arzobispo, la discrepancia con el criterio del párroco, que entendía que le correspondía desfilar entre el Descendimiento y la Virgen de los Dolores. El 3 de abril resolvía el arzobispo, Mariano Barrio Fernández, «asignar a la Santísima Cruz el último lugar en la procesión». Se basaba «no en la mayor antigüedad de las corporaciones», sino una vez «tomados detenidos informes (…) y teniendo en cuenta la práctica, que de tiempos muy remotos se viene siguiendo en esta capital, fundada en el riguroso orden cronológico de los pasos (…); considerando igualmente que el día de Viernes Santo en que esta función se celebra está consagrado por la Iglesia nuestra madre a la especial veneración del sagrado símbolo de nuestra redención». La transcripción completa del expediente íntegro, realizada por el Rvdo. Bernardo Pastor Sales, aparece en el libro-programa de Semana Santa de Alzira de 1989.

Hasta ese momento, a la primigenia Cofradía de la Sangre se sumó el Nazareno en 1775, por acuerdo del Ayuntamiento de 15 de febrero, «con calidad de que lleven siempre el lugar que les corresponda sin dar lugar a questiones al tiempo de formarse la Procesión teniéndolas vencidas antes concordándose con las demás Cofradías y oficios para este efecto».

Años más tarde, en 1781, era la Virgen de los Dolores la que «pedía permiso a los Jurados de la Villa para su inclusión (…) ocupando el lugar que le corresponde». Esa vendría siendo la tónica habitual, como muestra el Cristo en la Columna, por acuerdo municipal de mayo de 1783.

Fueron incorporándose las cofradías en el orden citado en el documento de 1871, y no surgen discrepancias hasta que la cofradía de la Santa Cruz incorporó imágenes en 1971 para cambiar de ubicación en el orden sin lograrlo, por lo que en 1978 se disolvió, refundándose como Crucifixión de Jesús ya en el sitio pretendido. Desde 1982 la Junta de Hermandades y Cofradías recuperaba la Santa Cruz para cerrar la procesión, y en 1987 se dotó de su actual paso.

La cuestión del orden resurgiría en 1984, dirimiendo entre la nueva Hermandad del Santo Cáliz y la ya existente de la Santa Cena, reivindicando ambas la apertura de la procesión. Pero en 1993 la incorporación de María Magdalena determinó un prolongado debate entre cofradías, siendo varias las involucradas en el reordenamiento. En primera instancia la Junta de Hermandades y Cofradías, atendiendo a su director espiritual, la situaba pegada al Santo Sepulcro.

Posteriormente sería recurrido, y tras sucesivas consultas al Vicario Episcopal y al Delegado Diocesano de Semana Santa, la migraron al último puesto de las cofradías, hasta que en 2001, en virtud de los nuevos estatutos aprobados por el Arzobispado, pasarían a procesionar entre la Virgen de los Dolores y el Santo Sepulcro.

También hemos conocido mutaciones temporales, como las dos ocasiones, la segunda por dos años (1992 y 1993), en que el Santo Sepulcro pasó a cerrar la procesión, para volver posteriormente a su ubicación habitual.

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