La incorporación de la mujer a las tradicionales torres humanas de Algemesí es relativamente reciente. Este año se cumplen 25 años del nacimiento de la Nova Muixeranga de Algemesí, la primera ‘colla’ que abrió sus puertas a las féminas, que tenían vetada su participación hasta ese momento. Aunque anteriormente se permitía la participación de niñas que, al hacerse mayores, eran apartadas de las filas muixerangueras, porque entonces no estaba bien visto que una mujer se «arrimara» a los hombres de esa manera.
La Muixeranga d’Algemesí no incluyó a mujeres entre sus filas hasta el año 2003 con la llegada de Joan Beltrán a la presidencia. Hoy, de sus 500 integrantes, ellas reporesentan el 40% de la ‘colla’: «Ahora son indispensables para nosotros», indica a Levante-EMV su ‘mestre major’, Marcos Castell. «Antes, la gente era muy pudorosa. Los hombres eran reacios a que las mujeres hicieran piña allí, con ellos todos pegados. Ahora es una cosa de lo más normal», indica.
Un hito importante
Con la llegada de la Nueva Muixeranga, allá por 1.997, la mujer pudo formar parte de la tradición: «Para nosotras ha sido un sueño hecho realidad, almenos particularmente para mí. Hace 25 años conseguimos un hito importante», cuenta su presidenta, Elba Barberà. «Antes, la figura de la mujer, como en otros aspectos de la vida cotidiana, ha estado en las fiestas desde una visión más logística y casera, pues en las fiestas de la Mare de Déu, la mujer abría y preparaba las casas, los balcones, los dulces, los trajes para los bailes, peinaba o preparaba a los niños, pero no participaba de los bailes», remaca.
La Nueva Muixeranga, desde 2006, siempre ha tenido más mujeres que hombres en sus filas. Sus últimos datos, correspondientes al año 2020, -están pendientes de recibir los de este recién terminado 2021- hablan de 107 mujeres frente a 90 hombres. Asimismo, la junta directiva cuenta con una paridad indiscutible: «El 50% son hombres y el otro 50% son mujeres», apunta Barberà. «Además, en 2021 se creó la Comisión Feminista de la Nova Muixeranga», indica.
Era cosa de hombres
Pero para la mujer, la Muixeranga y los Tornejants han sido los últimos territorios de conquista. Según Julio Blasco, director del Museu de la Festa, la incorporación de la mujer en la fiesta «empezó en la década de los años 70, con la creación de la escuela de dolçaina y tabalet, que dio pie a la aparición de las primeras mujeres ‘dolçaineres’ y ‘tabaleteres’», cuenta. «Luego, en los años 80 llegaron las mujeres ‘bastoneras’. Hasta entonces, la fiesta era cosa de hombres». Asimismo, Blasco destaca la importancia de la incorporación «natural» de la mujer a la Muixeranga: «Ha sido muy importante para su revitalización e incluso el hecho de que núcleos familiares de padre y madre ‘muixeranguers’ facilitó que los niños y niñas crecieran integrados dentro de la fiesta», destaca.
La resistencia al cambio tuvo consecuencias
El presidente de la Muixeranga d’Algemesí en 1997 fue Tomàs Pla. Él, ante la creación de la Nova Muixeranga con la mujer integrada en sus filas, sometió a debate interno la inclusión de miembros del otro sexo en su grupo: «Los votos dieron un no rotundo. Fue duro para él porque sufrió presiones para que metiera a mujeres y él se negaba, Quería seguir la tradición y fue muy señalado», afirma Marcos Castell. «Abandonó, y entró Juan Beltrán como ‘mestre’ en 2003, quien sí permitió a féminas en nuestra muixeranga», concluye.
