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El PP expulsa a los dos díscolos de Cullera y se queda con un solo edil

La formación reclamará las actas de los concejales

Juan José Grau y Fernando Sapiña durante un pleno, en una imagen de archivo. | LEVANTE-EMV

El Partido Popular de Cullera tendrá, durante el próximo año, una única voz en el ayuntamiento si los concejales Juan José Grau y Fernando Sapiña deciden marcharse al Grupo de No Adscritos (antes denominado Grupo Mixto) tras la crisis interna en la que se ha visto envuelto en los últimos meses, una vez se formalice la expulsión ambos concejales, que no siguen las directrices que marca la ejecutiva local del partido, controlada por el exalcalde Ernesto Sanjuán. El partido ya ha comunicado formalmente al ayuntamiento que Grau y Sapiña han dejado de ser militantes, por lo que no pueden representar al PP.

Las tensiones en el seno de la formación de centro-derecha fueron agravándose durante la última legislatura hasta que las distancias entre las dos corrientes resultaron insalvables. Grau y Sapiña remaban hacia una orilla mientras el tercer concejal popular, Christian Cuenca, lo hacía en sentido contrario. El naufragio era inevitable. La ejecutiva local, encabezada por el exalcalde, Ernesto Sanjuán, se hartó de su indisciplina y les abrió un expediente sancionador al considerar que no respetaban los estatutos ni seguían las directrices marcadas por el partido.

El comité de derechos y garantías estudió el caso. Según ha podido saber Levante-EMV, Grau y Sapiña ni siquiera presentaron alegaciones. Al considerarse que las faltas cometidas repercutían la gravedad suficiente, se ha dictaminado la expulsión de ambos. Cuenca es el único edil que le queda ahora al PP en el ayuntamiento de una de las ciudades más importantes de la Ribera.

El partido les reclamará las actas de los concejales para que, los siguientes de la lista electoral acompañen a Cuenca el resto de la legislatura. Del mismo modo, todo hace indicar que, al ser cargos personales, Grau y Sapiña declinarán la petición del PP y continuarán como concejales no adscritos.

Una segunda sede

La división interna del PP de Cullera ha alcanzado unas cotas de surrealismo poco comunes. Lo que era un secreto a voces dejó de serlo cuando, a finales del pasado año, se abrió una segunda sede que evidenciaba una fractura total entre ambas partes. Mientras, por una lado, la formación mantenía su tradicional local (el oficial) en la calle del Riu, Grau y Sapiña inauguraron otro con el logo del partido y del grupo municipal para, según explicaron en su momento, «atender de forma debida a aquellos ciudadanos que quieren manifestar su opinión para que se eleve al pleno».

El expediente abierto por indisciplina contra Grau y Sapiña se ha saldado como esperaba la dirección de la agrupación local, que solicitó la suspensión de militancia y expulsión de los dos concejales. Ya lo ha conseguido.

El Partido Popular de Cullera pasa por el peor momento de su historia reciente. La formación conservadora llegó a gobernar el ayuntamiento con mayoría absoluta, pero la situación ha cambiado de tal manera que ahora solo posee un representante en un pleno de veintiún concejales. De dirigir sin apenas oposición el ejecutivo local a la insignificancia política en apenas 7 años.

Mucho le va a costar al PP reponerse de otro batacazo. La división total del partido cierra uno de los episodios más complejos para la formación en los últimos treinta años. Ernesto Sanjuán llegó a las elecciones de 2015 con la mayoría del hemiciclo consistorial bajo su poder, aunque en 2011 los conservadores ya habían experimentado una ligera caída al pasar de quince a once concejales. En aquellos comicios, ahora hace siete años, el Partido Popular cedió el control del consistorio a la coalición formada por PSPV y Compromís. Cuatro años más tarde, los populares perdieron la mitad de los votos.

Las elecciones locales de 2019 se saldaron con 1.377 apoyos a la candidatura del PP, que se tradujeron en tres concejales. Fue el peor resultado de la formación municipal desde 1991, cuando obtuvo 1.136. Y cuando parecía que la representación popular no podía caer más, llegó la crisis interna del partido. La distancia entre los ediles Juan José Grau y Fernando Sapiña y la dirección local del PP creció con el paso del tiempo hasta ser insalvable, algo que ha llevado a su expulsión por no seguir las directrices que marca la ejecutiva. A un año de los próximos comicios, un solo hombre representa los intereses del partido mayoritario de derechas en el Ayuntamiento de Cullera. El futuro pinta complicado.

De la mayoría absoluta a la insignificancia en apenas 7 años

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