Un plan reintroduce desde Alzira el piño piñonero para crear riqueza y evitar incendios

Un proyecto piloto impulsado por la asociación ambiental de Alzira Interpreta Natura, que ha obtenido financiación de la Fundación CaixaBank en su convocatoria anual de ayudas para iniciativas de innovación medioambiental, conservación de la naturaleza y la biodiversidad, pretende extender el pino piñonero mediante injertos sobre pino carrasco con un triple objetivo: recuperar la productividad de la montaña, lo que propiciará que haya gente que se preocupe por su conservación y contribuya a mantenerla limpia y, además, con una especie más resistente al fuego o, al menos, que favorece menos su propagación. En última instancia, este plan piloto también busca fijar población en el entorno rural y frenar la despoblación de algunas zonas.

Esos son a grandes rasgos los objetivos del proyecto presentado por Interpreta Natura con la denominación «Fem, fum, fam… bosc» que, según explica el coordinador de la asociación, José Luis Alemany, se pretende implementar en la Muntanyeta de Alzira, una zona donde tradicionalmente ha habido pinos piñoneros si bien muchos ejemplares se vieron afectados por la plaga del Tomicus o perforador del pino. «Ya nos hemos reunido con el ayuntamiento para poder implementar esta experiencia en la Muntanyeta y está interesado», señala Alemany, mientras detalla que se organizarán dos jornadas formativas, una en Alzira y otra en la Serra d’Espadà, donde también se aplicará la experiencia, para que usuarios y técnicos de escuelas de gestión forestal puedan aprender la técnica del injerto ya que, explica, la idea pasa por aprovechar ejemplares jóvenes de pino carrasco al tratarse de un pie que ya está acostumbrado al terreno, para realizar el injerto del mismo que se haría en un frutal.

El proyecto «Fem, fam, fum...bosc» cuenta con financiación del programa de CaixaBank a la innovación ambiental

El coordinador de Interpreta Natura explica que en la Serra Calderona ya se realizó una experiencia similar hace bastantes años y los árboles han sobrevivido y que también se ha aplicado esta técnica en Cataluña o Murcia. «La idea es recuperar el estudio previo que en su día realizó la conselleria y mejorar la técnica, afianzarla y que la aprendan en los pueblos para que no se pierda», incide Alemany mientras señala que, a diferencia del pino carrasco, el piñonero tiene autopoda, «lo que quiere decir que las ramas inferiores se caen conforme se van secando» para dejar un tronco recto mientras que el globo del pino permanece en lo alto. «El pino blanco no tiene autopoda y cuando hay un incendio hace el efecto antorcha, ya que el fuego pasa del estrato del suelo a la copa, mientras que en el piñonero el fuego pasa por debajo y es más difícil que se prenda. Además, se trata de un árbol con mucha menos resina», incide.

Con todo, y al precio que están los piñones en el mercado, este proyecto busca que la población «pueda sacar rendimiento a la montaña» desde la perspectiva de que en la medida que obtenga rentabilidad se encargará de mantenerla limpia, lo que también ayudará a prevenir incendios.

Interpreta Natura es la asociación que ha impulsado y gestiona el laboratorio forestal de la Casella a través de un proyecto de custodia del territorio en el que, por ejemplo, se ha reintroducido el gallipato u «ofegabus», un anfibio endémico de la zona de levante. La denominacion del nuevo proyecto «Fem, fam, fum... bosc» alude, por un lado, a la necesidad de unir esfuerzos para buscar soluciones a los problemas planteados en los ecosistemas terrestres (fem), la necesidad de generar una bioeconomía sostenible y aprovechar los recursos naturales y que generan los ecosistemas (fam) y, por último, prevenir incendios forestales (fum) y proteger las montañas.

Suscríbete para seguir leyendo