El Mercat de Carcaixent cumple 90 años sin cerrarse nunca al público

El edificio, una joya modernista que recuerda la época de esplendor de la naranja, se mantiene hoy como un punto de referencia para el comercio local

Se remodeló en los 90, pero conserva su esencia

Fachada del mercado municipal.

Fachada del mercado municipal. / Agustí Perales Iborra

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

Realizar la compra como la hacían nuestros padres o abuelos se ha convertido en una quimera para buena parte de la población. El ajetreado ritmo de la sociedad actual del que renegó hace unos años el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga con la lacónica frase «la vida no puede ser trabajar toda la semana e ir el sábado al supermercado» apenas deja margen de maniobra. De ahí la importancia de que un edificio como el mercado municipal de Carcaixent cumpla en este 2024 noventa años sin haber cerrado nunca sus puertas. Casi un siglo de historia que reivindica unos hábitos de consumo más pausados y un comercio de proximidad, en retroceso en estos días.

Un grupo de persona compra frutas y verduras en el mercado.

Un grupo de persona compra frutas y verduras en el mercado. / Agustí Perales Iborra

Tal y como han descrito los historiadores locales, antes de que se construyera el edificio modernista que todavía hoy se conserva y utiliza, los mercaderes del siglo XIX comerciaban en la actual plaza Miguel Hernández. Aquel era su punto de venta habitual hasta tal punto se ganó el sobrenombre de plaza de la Verdura. Sin embargo, con el paso del tiempo, resultó insuficiente para satisfacer las necesidades de una ciudad en continua expansión. Carciaxent se había convertido en un referente comercial gracias al crecimiento del negocio naranjero, por lo que requería de unas infraestructuras acordes a su relevancia. 

La construcción de un mercado municipal se convirtió en prioritaria con el cambio de centuria, atendiendo a razones económicas, urbanísticas y de salubridad. Según las mismas fuentes, fue en diciembre de 1925 cuando el ayuntamiento aprobó un ambicioso plan de obras que incluía importantes reformas y la anhelada infraestructura para los comerciantes que se dedicaban a la venta al por menor.

Cesión de terrenos

Hubo que esperar, sin embargo, a la década siguiente, para que el proyecto se desatascase y llevase a cabo, ya que no existía una ubicación clara. El empresario José Vidal Canet cedió unos terrenos de su propiedad al consistorio en 1931, lo que impulsó su construcción. Las obras comenzaron un año después y plasmaron sobre aquella parcela, por entonces rodeada de campos, el diseño del arquitecto municipal, Alfredo Burguera Dolz de Castellar. El coste fue inferior al medio millón de pesetas, que con el cambio a euros y el paso de los años no hace justicia al esfuerzo inversor que representó en aquel momento. Además de representar un ejercicio de urbanismo que previene riesgos, ya que el edificio se elevó bastante sobre el nivel del suelo para reducir la afección en posibles inundaciones, algo bastante común en la Ribera.

Puestos de venta del mercado de Carcaixent.

Puestos de venta del mercado de Carcaixent. / Agustí Perales Iborra

El resultado: una joya de estilo modernista cuya fachada destaca por la composición que forman el ladrillo de caravista, las losas cerámicas azules y los grandes ventanales. Y que se mantiene hoy, con algunas reformas, fiel a sus raíces. El 11 de noviemrbre de 1934 fue el día en el que se inauguró, si bien se realizó un mes antes una jornada de puertas abiertas para darlo a conocer. 

Desde aquel momento, ha sido un punto de referencia para el comercio local. Y ni siquiera cuando ha sido objetivo de importantes obras de reforma ha cerrado sus puertas. Así sucedió a finales de los noventa, cuando el consistorio intervino para actualizar el edificio a la normativa del momento y permitir la instalación de elementos más modernos que facilitasen un mejor desarrollo de la actividad económica de los mercaderes. A un seguido de puestos se añadieron nuevos servicios como una conserjería, una cámara frigorífica, un muelle de carga y descarga, un almacén de envases o unos vestuarios.

Oferta actual

Una actividad que se ha mantenido hasta la fecha. Fe de ello dan los puestos de venta que, a día de hoy, ofrecen a sus cliente una amplia variedad de productos, especialmente de alimentación. Fruta y verdura, charcutería, pescadería, carnicería, panadería, frutos secos, aceitunas, especias o jabones llenan cada jornada los carros de la compra en el mercado municipal de Carcaixent como ya se hacía casi un siglo. Una demostración de que hay cosas que no deben cambiar nunca.