El fuego cierra unas Fallas masivas en la Ribera marcadas por el buen tiempo

La Ribera quema más de 250 monumentos tras unas jornadas festivas multitudinarias

'Cremà' de la falla infantil de la Plaça Major en Alzira

'Cremà' de la falla infantil de la Plaça Major en Alzira / Agustí Perales Iborra

Las Fallas más multitudinarias de los últimos años han quedado reducidas a cenizas. Ya sólo quedan recuerdos de una semana extraordinaria. La coincidencia con el fin de semana y el buen tiempo, que ha dejado unas temperaturas de récord, han marcado un periodo festivo masivo.

Alzira, la segunda potencia mundial en Fallas, ha alcanzado cifras de participación muy altas. Este año había inscritos más falleros que nunca: por encima de los 8.400, y los ciudadanos han tomado las calles para disfrutar de unos monumentos excepcionales y de un calor impropio de esta época del año que ha borrado la memoria de los últimos años, muy mediatizados por la lluvia y la pandemia.

Un bombero atiende el fuego en la 'cremà' de Alzira

Un bombero atiende el fuego en la 'cremà' de Alzira / Agustí Perales Iborra

Bernat i Baldoví como pionero en Sueca

La Ribera quemó anoche más de 250 monumentos falleros. La fiesta más representativa de los valencianos no parece tener límites. Cada año nacen más comisiones y se sortean más obstáculos para engrandecer una costumbre que nació hace 170 años en Sueca gracias al talento y la sátira de Bernat i Baldoví.

En Alzira no cabía un alfiler

En Alzira no cabía un alfiler / Agustí Perales Iborra

En la memoria de los alzireños quedará la extraordinaria competitividad que ha permitido mostrar monumentos de altísimo nivel tanto en la Sección Especial como en categorías inferiores. También la sustancial mejora de las fallas infantiles y  la calidad y variedad de los «llibrets» y el ciclo de «mascletaes», que no deja indiferente a nadie y unas calles atiborradas de ciudadanos con ganas de disfrutar del ambiente y de la benigna climatología.