PSOE y Compromís de Gandia optan por un pacto «equilibrado» al resultado electoral

Una delegación de cada partido abre el diálogo para repartir las áreas y fijar las líneas generales del futuro gobierno

Los socialistas quieren dejar claro que representan la mayoría y Compromís exigirá visualizar el concepto de coalición

Alícia Izquierdo y José Manuel Prieto, ambos a la derecha, en una reciente visita a la Torre dels Pares.

Alícia Izquierdo y José Manuel Prieto, ambos a la derecha, en una reciente visita a la Torre dels Pares. / Àlex Oltra

Sergi Sapena

El PSPV-PSOE y Compromís de Gandia, dos formaciones que suman la mayoría absoluta de la corporación municipal surgida de las elecciones del pasado 28 de mayo, quieren y apuestan por la configuración de un gobierno local estable, desde el primer día de la legislatura, que permita organizar la gestión con la mirada puesta en los siguientes cuatro años.

Tras los primeros contactos entre miembros de ambas formaciones, que se han definido como «informales», la decisión ha sido abrir la negociación propiamente dicha y reunirse hoy miércoles para comenzar a diseñar un pacto que, como primer resultado, permitiría que el socialista José Manuel Prieto saldría investido alcalde el próximo 17 de junio no solo con los 12 votos de los concejales socialistas, sino con 14, sumando los dos de Compromís.

Dirigentes de ambos partidos han señalado a este periódico que, efectivamente, la apuesta no es un gobierno en solitario de los socialistas, sino configurar el grupo de 14 porque eso garantiza absoluta estabilidad para aprobar la gestión en los plenos, voten lo que voten los 10 concejales del Partido Popular y el de Vox. Además, eso no excluye, como se apuntó desde el sector socialista, que en algún momento pueda haber acuerdos con el Partido Popular, algo que no sería novedad porque ha venido ocurriendo desde siempre.

Teniendo en cuenta que los concejales implicados, comenzando por los cabezas de lista José Manuel Prieto y Alicia Izquierdo, ya han estado gobernando los últimos ocho años, el núcleo de lo que ahora se pone sobre la mesa de negociación es, más que hablar de este o aquel proyecto, la imagen política de ese futuro pacto.

Los socialistas llevan en la mochila el bagaje de haber ganado ampliamente las elecciones, sumando un concejal más de los que tenía, y alcanzan los 12, a solo uno de la mayoría absoluta. A su lado, en las filas de Compromís pesa un mal resultado que ha llevado a la pérdida de dos de sus cuatro concejales, en parte debido a la crisis interna que derivó, poco antes de ir a las urnas, en una candidatura «alternativa» liderada por Josep Alandete, quien fue durante cuatro años el portavoz de Compromís en el ayuntamiento y vicealcalde de la ciudad.

Digerido el cava y las celebraciones por una parte ,y asumidas las heridas de la batalla por la otra, en la negociación que ahora se abre el PSPV-PSOE va a pedir más peso político en el futuro gobierno, dejando claro que las urnas le han avalado para fijar el rumbo de la legislatura y planteando, como por otra parte resulta lógico, una reducción del número de delegaciones que gestionarían los valencianistas.

Pactar hasta las discrepancias

En Compromís tampoco hay duda de que la apuesta es el pacto. Aunque las elecciones hayan variado el mapa político y es lógico que el gobierno local sea «equilibrado» al número de concejales de cada formación, la comisión negociadora va a pedir a los socialistas que, sin poner en entredicho que son 12 a 2 concejales, el que sería tercer pacto del Botànic en el Ayuntamiento de Gandia debe visibilizar claramente que este gobierno seguirá siendo de dos partidos con sensibilidades, horizontes y objetivos diferentes pero que suman fuerzas para mantener políticas progresistas.

La expresión «partimos con la idea del acuerdo» resume el concepto que sale de la boca de los dirigentes de dos formaciones políticas que, en Gandia, ya están acostumbradas incluso a «pactar las discrepancias» que se generan dentro de un mismo gobierno, como ha ocurrido en esta legislatura con el proyecto del ecocámping de la playa, el frustrado hotel de la Colonia Ducal o la prolongación de la CV-60 entre Beniflà y Gandia.