La incautación de Cloretilo revela su uso masivo entre jóvenes para «colocarse» en la Safor

Su consumo genera euforia y deshinibición y el colegio de farmacéuticos alerta de que puede tener «efectos graves»

Las cajas del analgésico intervenido por la Policía Local de Simat y Benifairó. | LEVANTE-EMV

Las cajas del analgésico intervenido por la Policía Local de Simat y Benifairó. | LEVANTE-EMV / Toni Álvarez CAsanova. Gandia

Una intervención de la Policía Local en Simat de la Valldigna durante el pasado fin de semana ha levantado la alarma sobre la práctica que muchos jóvenes de la comarca de la Safor están llevando a cabo durante sus horas de ocio nocturno en los últimos meses. Según ha revelado a través de su perfil de redes sociales el propio cuerpo, que presta servicio tanto en este municipio como en Benifairó de la Valldigna, los agentes intervinieron un total de nueve botes de Cloretilo.

Fue durante una intervención que llevaron a cabo en un vehículo en una zona de ocio de la localidad. Los policías ya tenían detectado que se podía estar llevando a cabo algún tipo de práctica con este producto en concreto por denuncias vecinales, que se encontraban botes tirados por la zona. La intervención se produjo en virtud de la Ley de Seguridad ciudadana, según explican fuentes policiales.

El Cloretilo es un analgésico de venta libre que sirve para tratar el dolor físico provocado por golpes durante o cargas debidas a la práctica deportiva. Es legal a todos los efectos. Sin embargo, los jóvenes lo están utilizando para colocarse.

Esta práctica no es nueva y de hecho muchas farmacias hace tiempo que limitaron su venta solo a clientes que llevan receta o directamente han decidido retirarlo precisamente para evitarla.

Esas restricciones hicieron que se redujera su uso como droga durante un tiempo. Pero hace unos años cambió su catalogación y pasó de medicamento, lo que obligaba a venderlo solo en farmacias, a producto sanitario. Esto ha hecho que su adquisición sea mucho más fácil, como explica el secretario del Colegio de Farmacéuticos de Valencia (Micof), Vicente Colomer.

Ahora se puede encontrar en parafarmacias u otro tipo de tiendas y muchos lo adquieren por internet. «Ya no tenemos obligatoriedad de tenerlo en las farmacias. De hecho, algunas han decidido ni tenerlo», explica. Lo que pasa es que «si trasteas un poco por internet se puede conseguir fácilmente». En el caso de las farmacias «hemos decidido proteger la salud de las personas, como hacemos siempre», señala Colomer.

Su precio, que oscila entre los 7 y los 12 euros por un bote de 100 gramos, hace que sea mucho más asequible y accesible para los y las más jóvenes. De hecho, las zonas donde se juntan grupos de jóvenes durante los fines de semana amanecen llenas de cajas y botes de este analgésico, como cuenta Ginés Ortega, jefe de la Policía Local de Tavernes de la Valldigna, quien señala que si bien en este municipio no se ha producido ninguna incautación, sí que se ha confirmado un incremento de su uso como droga. Los jóvenes que lo utilizan oscilan entre los 14 y los 17 años, según estima Ortega.

Inhalado, el Cloretilo provoca euforia y una sensación parecida a la embriaguez, y lo hace, además, de una forma instantánea. «Es como un chute», señala, de forma gráfica, el jefe de la policía vallera. Eso genera en quien lo consume un sentimiento de desinhibición «y de fuerza, de que puede con todo», señala Ortega.

Quienes consumen este producto para colocarse lo pulverizan sobre una prenda de ropa que después se colocan entre la nariz y la boca para sentir su efecto.

El secretario de los farmacéuticos explica que el producto actúa sobre el sistema nervioso central, «atraviesa la barrera hematoencefálica», lo que, apunta «puede desencadenar en un problema desconocido».

Vicente Colomer alerta de que un uso prolongado de este producto «puede provocar consecuencias graves» para el organismo.

El alcalde de Benifairó, Marc Vercher, ha explicado, tras conocer esta situación, que el ayuntamiento va a preparar una serie de charlas para concienciar a la población más joven sobre las drogas. El propio Ginés Ortega, jefe de la policía de Tavernes, también está valorando esa posibilidad para frenar una práctica que puede causar problemas.