Jumel, mermeladas y salsas que conquistan el mundo desde l’Alqueria de la Comtessa

La empresa agroalimentaria radicada en el polígono de l’Alqueria de la Comtessa cumple 45 años y sigue abriendo nuevos mercados desde el Caribe a los países del Golfo pérsico

Los hermanos Sofía y Federico Frasquet, CEO y gerente de Jumel, respectivamente.

Los hermanos Sofía y Federico Frasquet, CEO y gerente de Jumel, respectivamente. / Perales Iborra

Josep Camacho

Quienes circulan con frecuencia por la N-332 habrán pasado centenares de veces por delante de sus instalaciones en el polígono industrial de l’Alqueria de la Comtessa, pero desde la carretera apenas se aprecia la magnitud de la empresa, con 16.000 metros cuadrados. Y pocos saben que sus productos, fabricados en esta pequeña localidad de la Safor, se consumen en medio mundo, desde el Caribe hasta los países árabes del Golfo pérsico. 

Esta es la dulce historia de Jumel, una compañía familiar dedicada a la elaboración de todo tipo de mermeladas y salsas, destinadas al consumidor final, a través sobre todo de marca blanca, pero fundamentalmente para el canal Horeca, industria agroalimentaria y grandes clientes. 

«Nos adaptamos al cliente, podemos hacer un producto a la carta, según sus necesidades», resumen Sofía Frasquet, CEO de Jumel y el gerente, Federico Frasquet, dos de los cinco hermanos que están al frente, la segunda generación. 

Una de las líneas de envasado de salsas en Jumel. La empresa da empleo a 57 personas y el año pasado facturó 11,5 millones.

Una de las líneas de envasado de salsas en Jumel. La empresa da empleo a 57 personas y el año pasado facturó 11,5 millones. / Perales Iborra

La empresa la fundó el padre, Federico Frasquet Martínez, en el año 1979 con el nombre de Mermeladas y Dulces S.A. Antes de dar ese paso, Federico, un hombre emprendedor de Rafelcofer, había sido distribuidor comercial de alimentación y se dio cuenta de la gran acogida que tenía la mermelada, especialmente en los hoteles de la costa, en unos años de gran desarrollo turístico. 

Pero las mermeladas, que se fabricaban sobre todo en Murcia, tardaban en llegarle, por lo que Federico decidió fabricarlas él mismo. Empezó con unas tarrinas de plástico de unos 15 y 20 gramos, de los sabores más tradicionales como fresa, melocotón, albaricoque, ciruela o naranja, esta última con producto de la zona. Compró una nave, entonces solitaria, de 900 metros cuadrados, junto a la carretera nacional en l’Alqueria de la Comtessa, el origen de las actuales instalaciones. 

Jumel fabrica para la industria alimentaria y también tiene marcas blancas.

Jumel fabrica para la industria alimentaria y también tiene marcas blancas. / Perales Iborra

Le ayudó en esta labor su mujer, Concha Todolí, de Palmera, si bien ella se centró más en atender a la familia. Federico falleció en 2001 con 71 años, y Concha, que actualmente tiene 91 años, cedió su parte a los hijos, quienes han engrandecido la misión abriendo nuevos mercados y sumando más referencias (entre ellas salsas, margarinas o siropes), hasta el punto de que actualmente cuenta con 57 trabajadores, está presente en 30 países, y factura 11,5 millones de euros. «Creo que nuestro padre estaría orgulloso», afirma Sofía Frasquet.

Uno de sus contratos más singulares es con la aerolínea Qatar Airways: todas las mermeladas que se sirven en sus vuelos son de Jumel. También producen marca blanca para Carrefour España y para Mercadona en Portugal. Jumel acude cada año a las ferias de alimentación más importantes del mundo. 

Tienen un departamento de investigación y calidad en el que desarrollan productos y colaboran con la UPV y centros tecnológicos de la Comunitat Valenciana. En 2005 patentaron una botella antigoteo y en 2017 recibieron un premio por una mermelada con microalgas. También ofrecen productos sin azúcar, ligeros, o con suplementos de fibra, acorde a los gustos de los paladares actuales, y han sido pioneros en obtener certificados de calidad con estándares internacionales. 

Vista parcial de las  instalaciones, que ocupan 16.000 m2.

Vista parcial de las instalaciones, que ocupan 16.000 m2. / Perales Iborra

Y todo ello lo han hecho desde el polígono de l’Alqueria de la Comtessa, un enclave estratégico que ellos mismos ayudaron a crear, con un primer plan parcial. Quieren seguir creciendo, pero para ello vienen reclamando desde hace años al Gobierno de la vecina localidad de Palmera que no se oponga a la operación urbanística. También están invirtiendo en eficiencia energética.

Por una parte, con más de 450 paneles solares ya instalados, que le suministran el 30% del consumo de electricidad. Y por otra con una planta de gas, aunque de por sí es una empresa no contaminante. Además, están inmersos en un plan de digitalización que les ha permitido ahorrar mucho papel.