La detenida por el asesinato del abogado en Manises se descubrió al pedir ayuda al 112

Agentes de Homicidios apresaron a la mujer y a otro de los implicados horas después de que asfixiaran a José María Ll., un abogado de 48 años, en el apartamento que había alquilado dos semanas antes en el edificio Nau de Manises

La Policía halla abundantes restos de cocaína en el piso y cree que el móvil del crimen es económico

Vista de la terraza por la que entraron los bomberos. En el cristal del fondo y en el suelo, marcas de la búsqueda policial de huellas y pisadas.

Vista de la terraza por la que entraron los bomberos. En el cristal del fondo y en el suelo, marcas de la búsqueda policial de huellas y pisadas. / Miguel Angel Montesinos

Teresa Domínguez

Teresa Domínguez

La resolución policial del último crimen ocurrido en València ha tardado apenas unas horas en llegar. Así, agentes del grupo de Homicidios de la Policía Nacional han detenido ya, entre la tarde del miércoles y la mañana de este jueves, a dos de los tres presuntos implicados en el asesinato de un hombre de 48 años en el apartamento que tenía alquilado desde hacía dos semanas en el polígono del aeropuerto de Manises, tal como ha adelantado en exclusiva Levante-EMV. La hipótesis que cobra más fuerza es que el móvil del crimen ha sido económico y que los presuntos autores esperaban obtener una importante cantidad de dinero.

El cadáver de la víctima, José María Ll., un abogado y consultor inmobiliario de un municipio de l’Horta Sud, fue encontrado poco después de las cuatro de la tarde del miércoles, precisamente después de que llamara al 112 la mujer ahora arrestada. En esa llamada, realizada pasadas las tres de la tarde, diez horas después del crimen, la mujer mostró su preocupación por el estado de José María y avanzó que «quizás estuviese muerto» en su piso, del que facilitó la dirección exacta. Desde el inicio, responsabilizó de lo sucedido a los dos hombres que la habían acompañado esa noche al piso de la víctima y buscó su exculpación afirmando que ella ni siquiera estaba. Pero no contaba con las cámaras de seguridad.

Captados por el circuito de videovigilancia

Los tres sospechosos habían llegado al portal que da acceso al zaguán C del edificio Nau, en la calle Catarroja de Manises, a las 4.30 horas de la madrugada siguiente a San José. De momento, no está claro si José María Ll. les abrió o si aprovecharon que, en ocasiones, la puerta de ese patio no se cierra del todo. 

Lo cierto es que subieron y que solo media hora después ya estaban abandonando el edificio, dotado de un completo sistema de videovigilancia que captó y grabó todos sus movimientos, pero esta vez a través de la escalera de incendios adosada en la parte trasera del edificio, justo al lado contrario de la entrada, y que permite la salida libre a la calle sin volver a pasar por la escalera interior, el ascensor o el patio.

En esa media hora, subieron a la primera planta, se internaron por el pasillo de la derecha y llegaron hasta la puerta del apartamento donde José María vivía desde hacía solo un par de semanas, tras alquilar el ‘loft’ a través de una agencia de alojamientos turísticos. Buscaba, había dicho, poder trabajar sin el agobio de las Fallas.

Conocía al menos a la mujer

La principal hipótesis de trabajo es que la víctima conocía al menos a la mujer, con la que ya habría quedado antes, por lo que esa noche le abrió la puerta del piso con total confianza. Por esa razón, la puerta no estaba forzada. Falta por aclarar si se presentó con los otros dos hombres de manera sorpresiva o si había anunciado que la acompañarían.

Lo cierto es que todo apunta a que, o bien ella, o bien los tres, fueron a esa vivienda en la creencia de que con José María podrían obtener una importante cantidad de dinero, y que el homicidio se produjo después de que hubiera consumo de alcohol y de cocaína en el piso, como prueban los abundantes restos encontrados diseminados por el salón horas más tarde por la Policía Nacional durante la inspección ocular de la vivienda.

Puerta precintada del apartamento de Manises donde ha sido asesinado José María Ll. Al fondo, la puerta de saida de emergencias a la escalera de incendios.

Puerta precintada del apartamento de Manises donde ha sido asesinado José María Ll. Al fondo, la puerta de saida de emergencias a la escalera de incendios. / Miguel Ángel Montesinos

Un cuerpo tirado en el suelo

Los primeros en llegar al edificio tras la llamada de la presunta homicida al 112 fueron los agentes de una patrulla de la Policía Local. Al ver que José María no respondía a las llamadas y que el portero no disponía de una copia de las llaves, pidieron la presencia de los bomberos, que accedieron a través de la terraza del apartamento que recae al lateral del complejo, a la calle Requena, a poco más de un kilómetro en línea recta del aeropuerto de València.

Nada más acceder a la terraza, vieron el cuerpo sin vida de José María en el suelo, entre el sofá y la cama, por lo que forzaron la puerta acristalada y pusieron en marcha el protocolo de muertas violentas. A partir de ese momento, parte del grupo de Homicidios, junto con los especialistas en procesamiento de la escena del crimen de la Policía Científica, accedieron al salón, mientras otra parte de los agentes iba en busca de la mujer para tomarle declaración. Horas después era detenida.

La autopsia confirma la asfixia

Mientras, el médico forense que acudió junto con la jueza de Instrucción número 2 de Quart de Poblet, en funciones de guardia, estableció como causa más probable de la muerte la asfixia, dadas las señales apreciadas en el cuerpo, algo que confirmaron en la mañana del jueves, en su informe preliminar, los médicos que practicaron la autopsia al cadáver en el Instituto de Medicina Legal (IML) de València. 

La segunda detención, la de uno de los dos hombres, se produjo en la mañana del jueves y la del tercer sospechoso del asesinato, según las fuentes consultadas, es inminente. La mujer y uno de los hombres son españoles y vecinos de un municipio de l’Horta Sud, mientras que el tercero es suramericano.