El centro American Space Valencia, una iniciativa del Gobierno de Estados Unidos con sede en la Universitat Politècnica, ha impulsado el programa Technovation Challenge para animar a las estudiantes de entre 10 y 18 años a que estudien carreras tecnológicas. El objetivo del proyecto es romper la brecha que existe entre los hombres y las mujeres en las carreras técnicas y consiste en una competición mundial en la que 10.000 niñas y jóvenes presentan una aplicación móvil (APP) que ayuda a resolver problemas que afectan a la comunidad. En la edición del año pasado dos equipos de la Comunitat Valenciana disputaron la final en Silicon Valley (Estados Unidos) en representación de Europa y uno de ellos (compuesto por cinco chicas de Paterna) quedó segundo con una aplicación para que las mujeres puedan defenderse en el caso de ser víctimas de un caso de violencia de género. Ahora quieren comercializarla. El Gobierno de Estados Unidos ha abierto en todo el mundo 650 American Space y en España hay tres (están en València, Madrid y Barcelona). El centro organiza actividades gratuitas dirigidas a estadounidenses que viven en València, a la comunidad universitaria y a cualquier valenciano. Esta semana, el embajador de Estados Unidos, Duke Buchan III, respaldó en la Politècnica el trabajo del centro, que cuenta con otros proyectos de promoción de la innovación como el Curiosity Machine Artificial Intelligence (AI) Family Challenge para implicar a las familias con niños en inteligencia artificial.

Debra Westall, directora del American Space Valencia, explica que el Technovation Challenge es un programa de doce semanas en el que las niñas seleccionadas trabajan con mentores (profesores de la UPV y estudiantes de tercer y cuarto curso de carreras tecnológicas) en el desarrollo de la APP. El reto consiste en detectar un problema que existe en su entorno y aportar soluciones a través de la aplicación. El año pasado participaron 350 valencianas y este año se han inscrito 465. «Los equipos son de entre dos y cinco chicas que buscan soluciones a problemas como el acoso escolar, la nutrición, el ahorro del agua o el cuidado del medioambiente. Las estudiantes aprenden programación y a comunicar los proyectos, y el reto les ayuda a descubrir el mundo de la ciencia y la tecnología», precisa Westall. El programa (que ideó la ONG Iridescent) comienza en enero y acaba en mayo con sesiones semanales de dos horas. Las escolares están implicadas en todo el proyecto, desde la idea inicial a cómo va a ser la comercialización. Hay dos categorías: Niñas de entre diez y 14 años y jóvenes de entre 15 y 18 años. Las mayores tienen que defender el proyecto como hacen las startups cuando se reúnen con inversores. Además, el American Space organiza una feria donde los equipos presentan los proyectos (como hacen los colegios en Estados Unidos). Westal destaca que el otro proyecto valenciano que el año pasado disputó la final en Silicon Valley estaba compuesto por estudiantes de Xàbia que diseñaron una APP para poner en contacto a personas mayores y a jóvenes. La idea era que jóvenes viajeros se pudieran alojar en casa de personas mayores a cambio de ayudar en las tareas de casa.