El David Bowie de Pin ups, el Brian Ferry de These Foolish Things, esas caras B de Morrisey con suculentos temas ajenos... Estos son algunos de los nombres que le vinieron a Alaska y a Nacho Canut a la cabeza cuando decidieron celebrar el 30 aniversario de Fangoria recordando a los artistas que de forma física o sentimental les han acompañado durante su trayectoria. «La idea era hacer un disco todo de versiones, pero al pensar cuál sacar como single, nos parecía feo destacar a una entre todas. Por eso hemos grabado dos canciones nuevas compuestas por nosotros», explica la cantante. El Extrapolaciones (las versiones) y dos preguntas (los dos temas propios) que Fangoria publica ahora tendrá una segunda parte después de verano con nuevos «covers» de temas en castellano que se han publicado desde el año 2000 hasta ahora.

P ¿Este disco es un homenaje a tres décadas de pop español?

R Está bien usar la palabra homenaje, aunque realmente es mostrar a esos artistas que nos han hecho sentir menos solos en estos 30 años, que nos ha hecho sentir que musicalmente compartíamos algo con ellos, o simplemente gente a la que hemos admirado.

P ¿Fueron los 90 una época difícil para vosotros?

R Lo difícil fue no sucumbir a juntarnos de nuevo con Carlos Berlanga, tal como muchos nos pedían. Desde el mundo exterior nos llegaban los comentarios de que estábamos acabados, que para ganar dinero teníamos que pinchar hasta las 6 de la mañana. Nosotros eso no lo vivimos como un drama aunque sí, fue un drama.

P «De qué me culpas», uno de los dos temas propios de disco, me ha parecido muy Fangoria de esa primera época, una de esas canciones que no tienden a romper a la primera.

R Eso nos cuesta mucho a Nacho y a mí, y es mucho de Guille (Milkyway, productor de la canción). Ya en el disco anterior hay canciones que son más lentas que en el directo, y que yo que soy bakalaera las quiero más rápidas. Esta es un tipo de canción que no arranca nunca, que no hay subidón, y a mí eso me descoloca, porque soy de subidón, melena al viento y darlo todo. Esto para mí es un ejercicio de contención, y nos ha resultado muy interesante aceptar la propuesta de Guille y hacerla así nos ha divertido.

P ¿Que habéis buscado con la colaboración de Ms Nina y King Jedet en esta canción? ¿Un público más joven?

R Hemos buscado su presencia, que es arrolladora. Esta canción tenía una parte hablada, igual que cuando hicimos «Bailando» en 1982. Queríamos esa cadencia. Y además nos hace mucha gracia esto de los «featuring», que te pones a leer una canción y hay siete colaboradores. Nina y Jedet forman parte de nuestro mundo, amigos comunes, lugares comunes dónde nos encontramos. Eran las personas adecuadas, pero no creo que con eso lleguemos a un público nuevo.

P ¿Es la generación de Nina y Jedet más abierta musicalmente de lo que fue la tuya?

R No, es igual. Habrá personas más abiertas, y la mayoría de la gente, que es muy cerrada. Lo era en los 80, en los 90 y lo sigue siendo ahora. La mayoría de la gente no entiende que puedas usar un trozo de trap o de violines disco music. Ya nos pasó a Dinarama cuando hicimos «Bailando». «¡Han hecho discomusic, anatema!», nos decían.

P En el disco incluís dos versiones de lo que aquí en València llamábamos «pastelitos»: «Llorando por ti» de Ku Minerva e «Historias de amor» de OBK. ¿Por qué?

R Por razones diferentes. OBK empieza más o menos al igual que Fangoria, en un momento en el que el «grunge» arrasa y hacer música electrónica con melodías, que es lo que hacíamos ellos y nosotros, era lo peor. Y Ku Minerva responde a un tipo de música de pista de baile que sólo se ha hecho en España y que me sigue haciendo muy feliz, algo que nadie reivindica y que fue masivo y que, aunque ahora está olvidado, sonaba en todas partes en la España de los 90.

P Otra de las versiones es de «Dame estrellas y limones» de Family, el placer culpable electrónico de muchos indies noventeros.

R Está reconocido como uno de los mejores discos de la década, y nos cabe el honor de decir que lo grabaron en nuestro estudio y que de los cuatro conciertos que habrán dado, a dos les invitamos nosotros. Son de ese tipo de grupos que nos hacían sentir menos solos en una época en la que estábamos muy solitos.

P ¿ «Coches de choque» de Corcobado es la reivindicación de un pionero demasiado olvidado?

R La del disco Corcobator es una fase de Javier que nos encanta. A mí es la versión que más me gusta de todas las que hemos hecho, me encanta los arreglos y los coros de discomusic y al mismo tiempo las secuencias electrónicas más duras...

P ¿«Gritando amor» es otra reivindicación, en este caso de McNamara?

R El disco de Rockstation es un caso como el de Family, es oro. Y «Gritando amor», en el mundo en el que yo me muevo, es un himno.

P McNamara ahora sólo sale en los medios porque va al Valle de los Caídos y a misa. ¿Se le hace justicia?

R ¿Tú sabes lo que nos decían a nosotros en los 80? Esto no es nada.

P Y siguen diciendo. El nuevo libro de Víctor Lenore no os deja nada bien ni a ti ni a Nacho Canut.

R Meterte con alguien es una manera muy fácil de hacer ruido para que entren a tu web. Es tan barato ir a lo personal... Pero a esta gente se le ha acabado el pastel porque ahora todo el mundo critica gratis a través de Twitter, Facebook o Instagram.

P ¿Compartes el cuestionamiento al que se somete actualmente a la «movida»?

R Supongo que será normal. De la movida no se empezó a hablar bien hasta hace diez años y ahora es lícito que se vuelva a hablar mal como ya se hablaba en su momento.

P Volvemos a las versiones. También incluís «Qué sería de mí sin ti» de Carlos Berlanga. Echo de menos esos relatos en forma de canción que cantabas con Dinarama.

R Tienes razón y nos dimos cuenta que hacía tiempo que no escribimos en tercera persona. Pero no nos ha vuelto a salir, aunque Nacho sí sigue componiendo pensando de esa manera.

P ¿Qué te parecen estos compañeros de generación tuyos que frecuentan los festivales de nostalgia de los 80?

R Es un poco feo que dé lecciones. Pero esto ha existido siempre. Cuando empezamos con Fangoria, después del primer disco, nuestro mánager nos decía: sólo llaman diciendo que si os juntáis con Carlos y hacéis de nuevo Dinarama, os contratan. No hubiera pasado nada, pero queríamos otra cosa. A lo mejor a estas personas quieren eso: cantar lo que la gente quiere es lo que les hace felices. Yo no lo haría ahora, pero creo que con 80 años sí me va a apetecer.