El amor no tiene por qué ensuciarse

Avisa Ricardo Darín que, Escenas de la vida conyugal, es una función que está «vida» y que «va cambiando» según el día y la hora. Porque la obra es, bromea, «como la vida misma». Y porque en la cotidianeidad, defiende, «se pasa con rapidez de lo divertido a lo dramático». «Es una obra que está viva y que cambia cada vez que volvemos a interpretarla porque nuestra mirada sobre ella se va modificando según vamos cumpliendo años y vamos haciendo nuestro recorrido por la vida», sostiene Darín. La obra que llega al Teatro Olympia del 22 de noviembre al 3 de diciembre, fue concebida en 1973 por Ingmar Bergman como miniserie para la televisión sueca. Un año después la transformó en la película Secretos de un matrimonio y, en 1981, el director sueco la estrenó como pieza teatral donde, a través de siete escenas, un profesor de psicología y una abogada hablan de su matrimonio y de sus problemas a partir de situaciones que retratan las distintas etapas de su relación antes, durante y después de su divorcio.

«La obra sigue vigente porque habla de relaciones humanas. La tolerancia y la intolerancia nunca prescriben», comenta el actor reconocido por su trabajo en películas como Argentina, 1985, El hijo de la novia, Caballos salvajes y Truman

Esta versión latina, dirigida por Norma Aleandro, se estrenó en Buenos Aires en 2013 y, desde entonces, está de gira. Sus protagonistas, Ricardo Darín y Andrea Pietra se transforman en Juan y Mariana para diseccionar las diferentes etapas de una relación de pareja. Una unión que, dado los años que llevan juntos interpretando, fluctua como ocurre en la función. «Es una obra que adoramos y nos encanta retomarla porque nunca prescribe», apunta. «Tiene esa mezcla de humor y cierta acidez que permite a uno revisar ciertos comportamientos sin que resulte demasiado pesado. Es una pieza que está viva, que va cambiando», explica Darín, Académico de Honor de la Academia de Artes Escénicas de España . «La obra habla de relaciones humanas y eso, pasen los años que pasen, sigue igual», remarca

La pieza ahonda en la relación entre Marianne y Johan, un matrimonio de largo recorrido que acaba divorciándose, pero mantiene la relación. Una pareja que pasa por diferentes momentos, algunos muy duros, pero «Bergman siempre rescata el amor» y los protagonistas «saben reconocer lo que les une», según Andrea Pietra.

«Hay quien sale de la obra pensando que debe divorciarse pero también hay quien encuentra pareja en el teatro», bromea Darín. «Se destruyen unos matrimonios pero se crean otros», añade. «La obra rescata el amor sobre todas las cosas a través de dos personajes sienten un amor profundo y siguen conectando a través de los años», desgrana. «A mis 55 años, cada vez comprendo mejor a Mariana, qué gana y qué pierde por tener esa personalidad y qué pasa entre ellos dos para que su amor no se ensucie con nada. Ellos saben cómo separar lo que viene de fuera de lo que tienen entre ambos» completa el actor.

Pero cada pareja es un mundo. Quizás por ello, a Darín le extraña a veces las risas del público en determinados momentos de la función. «Más que por lo que se dice es por la manera en que lo hacemos», opina.

La pareja, coincide, ha madurado junto a las representaciones de la obra ya que lleva 10 años intercalando representaciones con sus respectivos proyectos en cine y televisión donde, curiosamente, comparten espacio en la serie de Netflix «El Eternauta», una versión contemporánea de la novela gráfica homónima creada en 1957. «Es bastante apocalíptica. Es una versión actualizada pero es muy complejo porque utiliza la última tecnología y mucha posproducción. Nunca hice nada parecido. Si todo sale como esperamos será impactante», dice Darín.

La visión sobre la obra va cambiando

«Vivimos en una era donde afortunadamente la mujer ha reclamado derechos y eso también hace que nuestra visión sobre la obra cambie», apunta Darín. Por ello, el actor recomienda ver la serie de televisión de HBO «Secretos de un matrimonio», interpretada por Oscar Isaac y Jessica Chastain en la que intercambiaron los roles del hombre y de la mujer. «Es una modificación muy oportuna. Con el cambio de personajes la obra queda totalmente actualizada», opina Darín. «Pero nuestra producción también lo está porque este tipo de matrimonios existen y seguirán existiendo», añade su compañera de reparto.

Él, por todo, se siente un privilegiado. «Nuestro oficio es glorioso en muchos sentidos. Más sacrificado de lo que todo el mundo imagina por ese tamiz de gloria y glamur que ofrecen los medios. Pero lo más duro para el colectivo de actores en todo el mundo es encontrar cierta estabilidad para poder vivir de lo que aman. No siempre sucede. Por eso nos sentimos unos privilegiados: podemos hacer lo que nos gusta, nos va bien y la gente nos pide que volvamos con esta obra». Y lo que le gusta es interpretar. Lo que hará sobre las tablas del teatro Olympia.

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