Sorbos de historia a través de las uvas más antiguas de Castellón

Después de casi cuatro años de investigación y microvinificaciones, Viver presenta estos días sus primeros vinos elaborados con Pampolat y Morenillo, uvas autóctonas del interior de Castellón y de origen prefiloxérico. 

Paco Ribelles y Pepe Mendoza catan las primeras de uvas antiguas en la bodega de la Cooperativa de Viver.

Paco Ribelles y Pepe Mendoza catan las primeras de uvas antiguas en la bodega de la Cooperativa de Viver. / Urban

Vicente Morcillo

Vicente Morcillo

Para los gestores de la entidad de Viver, con Fernando Marco al frente, la función de una cooperativa va mucho más allá de concentrar cosechas de diferentes agricultores y tratar de obtener la mejor renta posible de lo que produce el campo. Generar riqueza en su entorno, visibilizar iniciativas vinculadas con el turismo de interior (lo que ellos han bautizado como Agroturismo) y velar por el patrimonio natural de la zona son algunos de los pilares sobre los que se sustenta el día a día de esta entidad, motor socioeconómico de esta zona del interior de Castellón. 

Con la idea de defender lo autóctono y crear productos sostenibles y con personalidad, hace casi cuatro años iniciaron, junto a la consultora Uva Destino &Co. (que dirigen los enólogos Pepe Mendoza y Maloles Blázquez), un proyecto para recuperar variedades de uva antiguas (de época prefiloxérica) que en su momento dominaban el paisaje agrícola de la zona y que por unos u otros motivos habían ido minimizando su presencia hasta casi desaparecer.

Sus primeros pasos se gestaron en el campo, a pie de viña, reinjertando pequeñas parcelas con variedades antiguas como la Pampolat, la Mondragón y la Morenillo. Con las uvas que se han ido obteniendo vendimia tras vendimia, la bodega ha ido realizando microvinificaciones (con diferentes técnicas y en diversos tipos de recipiente) buscando crear vinos diferentes, con personalidad y capaces de condensar en cada copa la esencia del Alto Palancia.

De manera paralela a ese trabajo de investigación sobre el terreno, la Cooperativa de Viver ha trabajado en documentar cada varietal con el objetivo de que se incluyesen en el Registro Vitícola de la Comunitat Valenciana, algo que sucedió a mediados del pasado 2023. Ahora, la entidad castellonense da un paso más al presentar dos ediciones limitadas en formato reducido de dos vinos únicos elaborados con uvas de Pampolat y Morenillo (los trabajos con la otra variedad recuperada, la Mondragón, están en una fase de evolución menos avanzada, por lo que todavía no han podido determinar con claridad su potencial económico). Para que cualquier winelover pueda descubrir las cualidades de estos nuevos vinos, la Cooperativa de Viver ha organizado cuatro jornadas diseñadas para adentrarse en el origen del vino de Castellón. Se trata de una singular propuesta enoturística que se inicia en el cubo lagar de la «Rocha Palmera», un importante vestigio del pasado vitivinícola de Viver, hasta la bodega de la cooperativa, en un recorrido que transporta al visitante de la antigüedad a la actualidad a través de los métodos tradicionales y modernos para la elaboración de vino.

La visita incluye una cata de las variedades prefiloxéricas Pampolat y Morenillo y de otros dos vinos actuales, Viento sobre la piel, un elegante monovarietal de Syrah procedente de los viñedos más altos de Castellón con 4 meses de barrica, y Odisea Roble, un equilibrado coupage de Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Syrah madurado durante 6 meses, además de un almuerzo de esencia mediterránea con el que maridar los vinos. La experiencia se plantea en cuatro jornadas matinales los días 20 y 21 de enero y 17 y 18 de febrero y para poder asistir es imprescindible confirmar la reserva en la página web www.cooperativaviver.es.

En palabras de Paco Ribelles, director del área Agro de la entidad de Viver, «como ente social y económico de la comarca, la Cooperativa siente la necesidad de recuperar estas variedades de uva y ponerlas en valor. Incorporar a nuestra bodega vinos que, por estar elaborados con variedades únicas en el mundo, sean originales y puedan posicionarse en el mercado expresando su potencial enológico forma parte de nuestra estrategia y responsabilidad».

La comercialización de estos vinos, no obstante, no se prevé hasta la próxima temporada, cuando estas variedades antiguas estén también certificadas por la Indicación Geográfica Protegida Vins de Castelló a la que pertenecen los vinos de la Cooperativa de Viver.