Fernández-Daza y Ballesteros exploran la DO Valencia

Ballesteros y Fernández- Daza durante su visita a la DO Valencia.

Ballesteros y Fernández- Daza durante su visita a la DO Valencia. / Urban

Vicente Morcillo

Vicente Morcillo

La evolución que están mostrando los vinos amparados por la DO Valencia durante los últimos años no está pasando desapercibida para críticos y prescriptores. Las nuevas iniciativas impulsadas en la subzona del Alto Turia, donde la variedad Merseguera ha recuperado protagonismo o el trabajo que están realizando los bodegueros de Terres dels Alforins, dentro de la subzona de Clariano, se han ganado el respeto de algunos de los grandes gurús del vino.

Hace apenas unas semanas han visitado diferentes territorios de la DO Valencia Pedro Ballesteros y María Antonia Fernández-Daza (el primero uno de los pocos Master of Wine con pasaporte español y la segunda experta en vinos, consultora y profesora de la Unión Española de Catadores.

Durante su visita, Ballesteros y Fernández-Daza han tenido oportunidad de contemplar los viñedos más singulares de esta zona vitivinícola, conversar con los enólogos y bodegueros y catar junto a ellos más de un centenar de referencias de las cuatro subzonas de la DO Valencia: Clariano, Moscatel, Valentino y Alto Turia.

Durante la primera jornada tuvo lugar en la subzona del Clariano, donde Pedro y María Antonia quedaron impresionados por el perfil de los vinos y el modelo de viticultura que se desarrolla. Los vinos elaborados con variedades tradicionales como Arco, Forcallat, Garnacha Tintorera, Mandó, Bonicaire y Monastrell, así como los blancos elaborados con Verdil o Malvasía, les despertaron curiosidad por las posibilidades de la zona. Son vinos que rompen el tópico erróneo que se utiliza al hablar de vinos mediterráneos. Para Pedro Ballesteros «hemos encontrado frescura, vivacidad y expresividad, no la pesadez y calidez a la que, erróneamente nos quieren conducir al hablar de este bello mar. Me parecen vinos delicados, sin pesadez, florales». 

Los prescriptores también descubrieron todo el potencial de la Merseguera en el Alto Turia, resaltando las posibilidades de crecimiento de una zona a la que «lo único que falta es confianza, porque producto y potencial existe», comentó Ballesteros.

La visita concluyó en la zona Moscatel-Valentino, donde tuvieron la oportunidad de degustar, además de sus vinos tranquilos más conocidos, dulces de guarda, vinos de licor y espumosos aromáticos.