­Mestalla dice adiós a un jugador criado en casa y que estaba llamado a ser uno de los referentes del valencianismo. A sus 22 años, Paco Alcácer toma camino hacia tierras catalanas, pero detrás deja grandes momentos en lo personal y en lo deportivo. Para el recuerdo queda ya, por ejemplo, su triplete ante el Basilea que significó evitar la eliminación en la Liga Europa en 2014 y dio el pase a semifinales. Luego se caería contra el Sevilla en una eliminatoria en la que el máximo goleador blanquinegro de aquella temporada no pudo estar por acumulación de tarjetas. Y el equipo notó su ausencia.

Alcácer debutó pronto con el primer equipo, sí, pero también le costó entrar a formar parte de la dinámica de «los mayores» y tuvo que pasar una temporada de rigor cedido en el Getafe.

Este pequeño y nervioso delantero tuvo claro desde pequeño que lo suyo tenía que ser el fútbol. Ya desde sus primeros años pasaba todo el tiempo que podía pegado a un balón. Muy pronto empezó a jugar con el CD Monte-Sión Torrent y de ahí con el Torrent CF, justo antes de empezar a formar parte del equipo al que ha pertenecido hasta ahora, el Valencia CF, pasando primero por el Mestalla, aunque con apariciones ya en el primer equipo desde su 17 años, cuando debutó en la Copa del Rey contra el Logroñés.

Mestalla, ese estadio al que tantas veces había ido con su padre, le rendía tributos ahora a él. Pero el camino no sería tan fácil. En la campaña 2011/12 Emery le daba oportunidades con cuentagotas, pero desde el club, conscientes de su valor potencial, y alertados ya por algunos intereses de grandes equipos, decidieron apostar por él. Ese verano de 2012 le ofrecieron su primera gran renovación, hasta 2016, y con una cláusula de 18'5 millones de euros. El mensaje era claro; no querían que otra perla más se fuera, aunque luego el destino le tendría reservado otros derroteros.

Ahora Alcácer se va al Barcelona, pero en el verano de 2012 firmaba por una temporada con el Getafe. El objetivo era tener más minutos, pero la verdad es que Luis García Plaza no se los dio. De hecho, solo marcó tres goles esa temporada y regresó a Paterna con un futuro incierto. Las salidas de Soldado y Valdez dejaban hueco en el ataque y Miroslav Djukic apostó por este joven inquieto. No se equivocó porque, con 14 goles, fue el máximo anotador del equipo. Además, ese 2014 significó su debut con la selección absoluta, con la que anotó tres goles en sus primeros tres partidos, centrando el interés de todo el fútbol español. En 2015 el club lo volvía a blindar, ahora hasta 2020 y con una cláusula de 80 millones. La temporada siguiente llegó a los 13 goles en Liga, fue capitán del equipo, pero se quedó fuera de la Eurocopa.