«La relación con el Ayuntamiento es muy fluida», asegura el Valencia CF, pero ha habido «un malentendido en las formas», sobre la reunión entre ambas partes que finalmente se produjo ayer para avanzar en las licencias para reanudar las obras del nuevo estadio de Mestalla.

Según el Consistorio, el VCF había invitado a los técnicos del club a una visita al nuevo estadio para tratar, in situ, aspectos técnicos de los permisos para la reanudación de las obras. Según el club, fue el Ayuntamiento quien decidió que esa reunión fuera en el nuevo recinto y así lo publicitó en su agenda semanal siguiendo las reglas de transparencia.

Al final, la reunión fue ayer en el Ayuntamiento y estuvieron presentes técnicos municipales, representantes del arquitecto (Mark Fenwick) y el director ejecutivo del club, Christian Schneider.

Las obligaciones de cumplir de la Actuación Territorial Estratégica (ATE) exigen que el estadio quede inaugurado como máximo en 2021 y que el viejo Mestalla sea derribado en 2023 como fecha límite. Las obras están paradas desde febrero de 2009 por falta de financiación. El proyecto original fue modificado varias veces y la última versión prevé un estadio para 55.000 espectadores con 500 plazas en el sótano de aparcamiento.