El punto fuerte del debate de ayer era la aprobación de los presupuestos municipales para 2014, que se resumen en un gasto de 730 millones, con 112 millones para el pago de deuda a los bancos. Pero como ya habían sido debatidos y ayer sólo se daba el visto bueno a las cuentas una vez rechazadas las alegaciones, el debate giró en torno a la capacidad de diálogo del equipo de Gobierno y al porqué de estas cuentas. Para el concejal socialista Pedro Sánchez, se «da prioridad a los bancos y no se escucha a los valencianos», todo ello por «sus fiestas y despilfarros del pasado». «Si no se hubiera endeudado tanto cuando la alcaldesa paseaba en Ferrari, no estaríamos así», añadió. También dura fue la concejala de EUPV, Rosa Albert, quien pidió al concejal de Hacienda, Silvestre Senent, que reflexione sobre la política de los últimos años. Senent respondió asegurando que las alegaciones las rechazan los técnicos y defendió los presupuestos porque garantizan los servicios.