Mientras se piensa en una fórmula definitiva para el Museo Fallero de Monteolivete, el Ayuntamiento de Valencia se plantea seguir mejorando las instalaciones actuales. Según explicó Gil Manuel Hernández, director del museo, el año que viene se incrementará la dotación de audivisuales y se pondrán pantallas táctiles interactivas para acercar el visitante a la fiesta en todas sus modalidades.

El problema, según dijo, es que el museo, tal como está concebido en la actualidad, no para de crecer. Cada año hay que incorporar dos nuevos ninots, un cartel de fallas y el retrato de una fallera mayor. «Y con la remodelación que hemos hecho este año sólo hemos hecho hueco para dos o tres años más», dijo.

Juego de sentimientos

Si se llegara a ese punto de saturación podría actuarse con criterios museológicos y hacer una selección de los contenidos para exponer sólamente una parte, pero «aquí entran en juego los sentimientos» y se hace muy difícil quitar algo de lo que hay expuesto, dice Hernández.

Su idea, al igual que la del concejal Pere Fuset, es que se traslade lo antes posible la Junta Central Fallera y que todo el edificio pase a ser exposición. «Serían dos plantas más y habría espacio suficiente para hacer un museo etnológico de las fallas, con elementos fundamentales como la literatura y todo lo que ha valorado la Unesco», dice.