El informe del Ayuntamiento de Valencia contrario a la concesión de la parcela del hotel Sidi cara a una eventual reapertura deja, pese a no ser vinculante, pocas opciones para sus actuales propietarios „el BBVA y Caixabank„ que intentan con la obtención de la concesión a 50 años por parte del Ministerio de Medio Ambiente dar valor al hotel fantasma, cerrado desde hace seis años. El ayuntamiento, no obstante, no cierra la vía de negociación con las entidades financieras y se muestra receptivo a ofrecer como solución una permuta del hotel „que con el planeamiento urbanístico en la mano podría derribarse y reconstruirse con dos alturas„ a una parcela municipal en algün punto de la ciudad consolidada, liberando así de cemento el Parque Natural del Saler.

La permuta, precisan fuentes de la Concejalía de Desarrollo Urbano, sería por la edificabilidad que el plan general de ordenación urbana (PGOU) de 1989 asignó a dicha parcela, ahora dentro del dominio público marítimo-terrestre y por tanto propiedad de Costas, es decir dos alturas y no las seis actuales. El hotel tiene en la actualidad una superficie construida de 20.204 metros cuadrados y ocupa una parcela de 19.628 m2.

Tras declararlo en fuera de ordenación sustantivo por exceso de alturas, el concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, ya ha advertido de que no dará licencia para reformar el hotel, con más de 40 años de antigüedad.

La concejalía de la Devesa que dirige Sergi Campillo, de Compromís, por su parte, también se ha posicionado en contra de la concesión al hotel por su elevado impacto ambiental en el Parque Natural de la Devesa y aboga por su derribo para la regeneración ecológica del cordón dunar.

El derribo del edificio, sin embargo, no es visto con buenos ojos por los vecinos de la pedanía del Saler, cuya alcaldesa, Ana Gradolí, apuntó que «ya que está construido se debería reutilizar». Los vecinos incluso han planteado al concejal de la Devesa un posible uso como residencia para personas mayores para darle así nueva vida al edificio. Los pobles del Sud, apuntó Gradolí, somos deficitarios en este tipo de dotaciones. Sería también, apuntan los vecinos, una forma de compensar a los vecinos de esta pedanía tras la pérdida de puestos de trabajo que supuso la clausura del hotel hace seis años tras declararse la empresa propietaria en proceso concursal.

La propuesta vecinal no ha tenido buena acogida en el gobierno tripartito del ayuntamiento, que quiere seguir impulsado la política de recuperación del parque natural y eliminar el máximo de obra dura y usos impropios del mismo. Los vecinos de las pedanías del parque natural valoran esta política si bien apuntan que no todo lo que se derriba se acaba regenerando y echan en falta que espacios como la parcela del antiguo polideportivo del Saler (que también fue derribado) sigan esperando una intervención de recuperación ambiental.