El alcalde de València, Joan Ribó, viajará hoy a Madrid para pedir en el Congreso de los Diputados y en el Ministerio de Hacienda un mejor trato presupuestario para la ciudad y lo hará con el apoyo general del Consejo Social de la Ciudad, al que reunió de urgencia ayer por la tarde, pero sin el de la oposición en el Ayuntamiento de València (PP y Ciudadanos), cuyos compañeros de Madrid tienen, precisamente, la llave de las cuentas generales del Estado. «Un sólo gesto» les reclamó sin éxito el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, en referencia a los 38,5 millones del transporte metropolitano.

Y es que el denominado contrato programa es lo más urgente para el Ayuntamiento de València. Según explicó Ribó en su exposición ante el Consejo Social de la Ciudad, en términos generales cada valenciano recibirá este año del estado 150 euros, mientras que la media española es de 217. Y el elemento más claro de esa discriminación sería la financiación del transporte metropolitano (EMT, FGV y autobuses metropolitanos), ya que «pese a cumplir todos los requisitos, no recibe ni un euro». Madrid recibe 126 millones, Barcelona 109 y Canarias 47.

Otros agravios serían el metro, concretamente financiación para la T-2; el corredor mediterráneo, la alta velocidad o los aeropuertos. También todo lo referido a los grandes contenedores culturales, entre ellos el San Pío V, el IVAM o el Palau de les Arts.

Apoyos y desacuerdos

Estas reclamaciones fueron apoyadas por la Federación de Asociaciones de Vecinos, los sindicatos, los consumidores o la Generalitat Valenciana, que hablaron de «vergüenza» o «discriminación inaceptable». Pero no recibieron el beneplácito de los grupos de la oposición municipal, con cuyos compañeros en Madrid se reunirá hoy Ribó y otros alcaldes de España para pedirles que apoyen sus reivindicaciones.

El portavoz del PP, Eusebio Monzó, le propuso a Ribó que «antes de ir a Madrid pase por el Palau de la Generalitat» para pedirle también más dinero, pues en los últimos tres años las inversiones autonómicas en la ciudad han caído un 36%.

Además, le reprochó la baja ejecución presupuestaria, que el año pasado se quedó en el 53% y que ha permitido al municipio amortizar deuda. «A nosotros nos gustaría que aumentaran las inversiones, pero con esta visión partidista, no», dijo Monzó, que recordó, además, que un socio de Gobierno (València en Comú) está bloqueando obras en los accesos a València y ha dejado sin gastar el presupuesto de Vivienda del año pasado.

Por su lado, Fernando Giner, portavoz de Ciudadanos (Cs), grupo que ha apoyado los presupuestos generales en Madrid, recordó que las cuentas de este año son las más sociales y reiteró que el problema de València es la mala gestión del tripartito.