El desplome que se produjo el miércoles en el conjunto protegido de la Alquería del Moro (Benicalap) afectó a tres de los cinco inmuebles históricos. El de más valor, la llamada Casa del Señor, la única de propiedad municipal, se ha salvado de cualquier daño. Sin embargo, en una de ellas se deberá reparar el muro de carga,mientras que las otras dos han sido declaradas como «ruina inminente» por los técnicos de la concejalía de Desarrollo Urbano. Al ser de propiedad privada, el Ayuntamiento de València requerirá ahora a los dueños para que reconstruyan estos edificios declarados como Bien de Interés Cultural.
El Ayuntamiento de València, a través del servicio de Disciplina Urbanística, asegura que abrió expediente en 2013 a las cuatro propiedades que conforman la parte privada del conjunto de la Alqueria del Moro, tras una actuación de los bomberos. Desde entonces fuentes municipales afirman que se han sucedido notificaciones, órdenes de ejecución y comunicaciones para que se adopten medidas precautorias, sin que los propietarios hayan actuado.
La Alquería del Moro está dividida en cinco propiedades diferentes, una de ellas, la denominada Casa del Señor, es la única de titularidad municipal y el resto son privadas, pese a que el conjunto completo está declaro BIC. El derrumbe del miércoles afectó princopalmente al edificio denominado la Lonja, pero también a otros dos contiguos.
La contrata del servicio de Disciplina Urbanística está trabajando para garantizar la seguridad en la zona junto con un arqueólogo, ya que los edificios gozan de máxima protección, y se elaborará un informe con las conclusiones.
Precisamente, este semana el Ayuntamiento de València inició la restauración de la Casa del Señor -futura sede de un centro de interpretación de l'Horta-, con un presupuesto de actuación de 2.096.842,17 euros y un plazo de ejecución de las obras de 12 meses. Se especulaba que estos trabajos pudieran haber afectado al desplome registrado en las edificaciones contiguas, pero consistoria desvincula por completo ambas cuestiones y asegura que el derrumbe se debe a las últimas lluvias.
En 2013 los bomberos realizaron una actuación de emergencia en la parte privada. El servicio de Disciplina Urbanística abrió expediente, realizó un informe y se notificó a los propietarios. Desde entonces, el Ayuntamiento de València ha realizado diferentes requerimientos y notificaciones. También se ha activado el procedimiento de multas. «Los tiempos se han dilatado debido a diferentes recursos de reposición, comunicaciones de inicio de obras incumplidas por parte de los propietarios e incluso alguna maniobra para intentar evadir responsabilidades», explicaba ayer el consistorio en un comunicado.
Certificado de seguridad
En concreto, una de las propiedades más afectadas por el derrumbamiento presentó un certificado de seguridad firmado por un arquitecto que aseguraba que las condiciones de seguridad del edificio eran correctas. El Ayuntamiento no aceptó el certificado y la propiedad presentó un recurso de reposición el pasado mes de julio. El recurso ha sido informado desfavorablemente y se encontraba en proceso de encargo a la contrata para actuar subsidiariamente.
Tras el derrumbe, la contrata pondrá en marcha las medidas necesarias para garantizar la seguridad y, tras el informe, se notificará a los propietarios para que lleven a cabo las obras restantes. Uno de ellos deberá reparar el muro afectado. Los otros dos serán declarados ruina inminente. Al ser edificios protegidos, deberán ser reconstruidos por completo.
