Los presupuestos participativos han puesto en más de un brete al Ayuntamiento de València en su quinta edición. Si las propuestas ciudadanas son un excelente indicador de lo quieren o piden los vecinos, también tienen un carácter «de obligado cumplimiento» por la administración. Es decir, lo que se vota se ha de hacer, y los ritmos que impone la gente no son los mismos del consistorio, como se ha podido comprobar en varios ejemplos de los proyectos aprobados para 2020.
El ejemplo más palmario es la propuesta «Peatonalizar para siempre la calle Colón», una idea lanzada por un vecino anónimo que decía así: «Los valencianos y turistas, necesitamos liberar de atascos nuestra bonita calle Colón. Actualmente, está llena de semáforos y coches, además de mucho ruido. Debería ser una zona para pasear, con más vegetación y arbolado».
En la primera fase logró los avales suficientes (157 apoyos de los 100 exigidos) y fue muy secundada en la votación final, hasta el punto de ser la octava medida más popular con 3.760 votos de la ciudadanía. Sin embargo, pese a que el enunciado se mantuvo inalterado -algo que el servicio de Mobilitat Sostenible pidió cambiar para la votación final para evitar confusiones-, el contenido del proyecto se modificó, proponiendo un estudio «para el análisis de posibles soluciones para la mejora del tránsito de viandantes por la calle Colón, manteniendo el acceso a la EMT, taxis, residentes y autorizados».
Cambio de rumbo
Así pues, de una peatonalización se pasó al estudio de una restricción de tráfico. Mobilitat Sostenible pudo haber descartado por completo la propuesta con su idea original (por no viable), pero quiso mantener el espíritu de «pacificación» que rezumaba para adaptarla como un estudio de viabilidad más realista y menos traumático.
Aunque la calle Colón ha perdido en los últimos años un 40 por ciento del tránsito -con la creación del carril bici-, todavía sigue siendo una vía muy transitada por la que pasan unos 18.000 vehículos al día. A la Asociación de Comerciantes València Centre le entra pánico con la sola idea de una hipotética peatonalización. Sin embargo, si el informe de viabilidad considera que se puede restringir la circulación en esta calle solo para EMT, taxis, residentes y autorizados, supondría un gran cambio para la Ronda Interior de València, que adquiriría un concepto más amable, se podrían ampliar las aceras -es quizá la vía con más tránsito peatonal de la ciudad- y mantener los servicios públicos de transporte, además de garantizar el acceso de servicios y vecinos.
En todo caso, y con las obras en el horizonte de la plaza de la Reina, la de del entorno del Mercat o la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento -efectiva a partir del 20 de marzo de 2020-, todo indica que el Ayuntamiento de València quiere tomarse con mucha calma esta hipotética reforma para la calle Colón, nunca antes del actual mandato.
El propio alcalde, Joan Ribó, se pronunció ayer sobre el hipotético cambio de la calle Colón calificando de «imposible» peatonalizarla «en su totalidad», aunque ve «viable estudiar que en esta vía se pueda ganar espacio para los viandantes».
El primer edil explicó que se trata solo de «estudios» y añadió que, «evidentemente, peatonalizar la calle Colón del todo no se puede peatonalizar». Joan Ribó aseguró que lo que se hará es «un estudio» para que pueda ganar el «máximo» espacio posible para peatones. «En su totalidad es imposible peatonalizar -esta vía-. Creo que está claro por el tema del transporte público y por otros muchos parámetros», agregó el responsable municipal.
Por otro lado, respecto a los carriles bici comentó que sucede lo mismo, porque «se puede cambiar alguna cosa» pero no «lo fundamental», que «tampoco se va a cambiar».
Otros estudios
Al igual que la aprobación de un estudio para pacificar la calle Colón, sorprendió que el Ayuntamiento de València aceptara encargar otros cuatro estudios, que también varían respecto a las propuestas originales, que eran más ambiciosas.
Mobilitat Sostenible elaborará un estudio «para mejorar del espacio viario mejorando el peatonal frente al Museo San Pío V»; también determinará «la solución más adecuada para conectar mediante carril bici Castellar y València»; otro estudio del funcionamiento de la infraestructura ciclista de las calles avenida Constitución, calle Russafa y Regne de València, y análisis de la circulación de los vehículos a motor en su entorno; y un informe de viabilidad para la construcción de nuevos aparcamientos subterráneos en la ciudad de València.
