La concejalía de Bienestar Animal del Ayuntamiento de València, encabezada por Glòria Tello, inició en el anterior mandato una política de «gestión ética» de las palomas en la ciudad. El consistorio lleva a cabo proyectos pioneros «basados en el bienestar animal» como el uso de piensos esterilizantes colocados en 16 dispensadores distribuidos en diferentes zonas de la ciudad que funcionan automáticamente para controlar la población de palomas, tasada en 30.000 ejemplares, unos 675 por km² en 2019 respecto a los 36.000 contabilizados del año 2018, según apunta un estudio que ha realizado Lokímica, empresa contratada por la concejalía para controlar esta especie.
Esta nueva política de «gestión ética del bienestar animal» ha reducido en un 20 % la población de palomas. Sobre todo, ha disminuido en las cuadrículas que se encuentran alojadas cerca de un dispensador de pienso. Asimismo, el descenso podría ser más acusado si se hubiera complementado con medidas de control de recursos con alimentadores, vertederos, almacenes de grano al aire libre y de gestión de lugares de nidificación.
Estos dispensadores contienen un anticonceptivo llamado «ovistop», un maíz recubierto con una sustancia llamada nicarbazina que inhibe la capacidad reproductora de las palomas.
En ese sentido, según apuntan desde el consistorio, este tipo de innovadoras herramientas se utilizó de manera controlada en zonas restringidas y fue sometido a revisiones continuas y seguimientos periódicos por parte de los servicios técnicos municipales para verificar su eficacia e inocuidad para personas y otros animales. Estos dispensadores se colocaron en las terrazas de edificios municipales para evitar el contacto con ciudadanos o mascotas.
Por ello, acorde con los requerimientos municipales, se posicionaron y se han mantenido 16 dispensadores de pienso esterilizante en el Centro Municipal Servicios Social Quatre Carreres, el Mercado Municipal Cabañal, el Centro Municipal Juventud Algirós, el Centro Municipal Servicios Sociales Amistad, el Polideportivo Municipal Benimaclet, el Centro Municipal Servicios Sociales Salvador Allende, la Biblioteca de Carmelina Sanchez Cutillas, el complejo Cultural La Petxina, el Centro Municipal Servicios Sociales Olivereta, el Centro Municipal Servicios Sociales Patraix, la Biblioteca Municipal Germana de Foix, el Mercado Municipal Ruzafa, la Universidad Popular Malvarrosa, el Mercado Central, la Catedral y el Laboratorio Municipal.
«El Ayuntamiento de València tiene un compromiso con el bienestar de los animales y esto pasa por velar por todos los ejemplares, incluida la avifauna con la que compartimos ciudad. Es por ello que desde la Concejalía de Bienestar Animal hemos sido pioneros en llevar a cabo una gestión ética de las poblaciones de palomas, mediante la puesta en marcha de palomares ecológicos y el suministro de pienso esterilizante con el objetivo de garantizar en todo momento la calidad de vida de estas aves y controlar su reproducción por métodos éticos que además mejoran su vida diaria», explica, Glòria Tello.
Predadores naturales
Otro hecho que también redujo el número de palomas durante 2019 fue la muestra de predadores naturales de las palomas dentro de València. Además de los tradicionales gatos o la reducida población de aves de presa, que tiene un impacto limitado en las palomas, se observó un número mayor de aves oportunistas como las gaviotas, que aprovechan el abundante recurso alimenticio que suponen las palomas, a las que solo devoran la zona pectoral.
Desde Lokímica también argumentaron que el objetivo de los dispensadores es conseguir una reducción de la población de palomas de «una manera incruenta, evitando sacrificios y produciendo una esterilidad temporal».
