El Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de València ha instado a la Generalitat a que ejerza su derecho de tanteo y retracto sobre la mejor puja presentada en la subasta de los fondos artísticos del Círculo de Bellas Artes, cerrada este 31 de diciembre, para "evitar la dispersión" de los mismos.

La concejala 'popular' Julia Climent ha remarcado que la Ley 4/1998, de Patrimonio Cultural Valenciano reconoce, en su artículo 22.4, los citados derechos de adquisición preferente en favor de la Generalitat en toda clase de subastas públicas en las que se pretenda la enajenación de bienes inscritos en el Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano o respecto de los que se hubiera incoado expediente de inscripción, así como de bienes muebles no inventariados que posean el valor y las características que reglamentariamente se determinen.

En este sentido, ha aclarado que la reciente suspensión de la liquidación de las 17 obras de Ignacio Pinazo pertenecientes al extinto Círculo de Bellas Artes "no afecta al resto de piezas que integran la masa activa de la entidad concursada, para las que la subasta judicial sigue en curso".

Así, ha lamentado que el pasado mes de octubre el Ayuntamiento de València rechazara una moción presentada por el Grupo Municipal Popular a la Comisión de Cultura para instar a la Generalitat a aceptar los fondos del Círculo de Bellas Artes como pago en especie por la deuda tributaria contraída por la citada institución.

En su iniciativa, el PP instaba a la Dirección General de Cultura y Patrimonio a emitir el informe correspondiente sobre la autenticidad y el interés patrimonial de los fondos del Círculo de Bellas Artes en vistas a su adquisición y a su posterior integración, con carácter permanente, en las colecciones del Museo de Bellas Artes de Valencia.

Los fondos pictóricos del Círculo, disuelto en mayo de 2019 después de varios intentos "infructuosos" por "sanear sus maltrechas cuentas", comprendían entre su nómina de artistas nombres valencianos tan destacados como Joaquín Sorolla, Antonio Muñoz Degrain o Genaro Lahuerta.

La iniciativa del PP señalaba que la legislación estatal y, en concreto, la Ley General Tributaria contempla, en su artículo 60.2, la posibilidad de que los contribuyentes puedan saldar su deuda con la entrega de bienes culturales. Sin embargo, la formación ha criticado que el empleo de este mecanismo "continúa siendo profundamente desigual en nuestro país".

"Mientras en autonomías como la Comunidad de Madrid y, en menor medida, Asturias y el País Vasco, el pago en especie de obras de arte constituye una práctica bastante extendida, este recurso sigue estando prácticamente inexplorado en la Comunitat Valenciana", ha señalado Climent.

Como precedente, ha añadido, en el año 2018 la Conselleria de Hacienda aceptó un cuadro de Ignacio Pinazo, tasado en 55.000 euros, como pago en especie del Impuesto de Sucesiones tras el fallecimiento de su anterior propietario, un coleccionista privado. La pintura, fechada en 1899, se exhibe desde entonces en el Museo de Bellas Artes de Valencia. Se trata de un retrato de cuerpo entero pintado al óleo de una dama perteneciente a la alta burguesía valenciana.

Tras rechazar los fondos del Círculo de Bellas Artes como pago en especie, la Generalitat Valenciana tiene ahora, según el PP, "la obligación moral de ejercitar su derecho de tanteo y retracto para evitar la dispersión y la partida, con toda probabilidad, de esta colección fuera de la Comunitat Valenciana, quedando fuera del alcance de todos los valencianos".

"ÚLTIMA ESPERANZA"

Para el PP, el ejercicio de esta posibilidad "constituye la última esperanza a la hora de conservar la colección de arte del Círculo de Bellas Artes en la ciudad de València". En esta línea, han defendido que la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de València "deberían mostrar más empeño para que nuestro inconmensurable patrimonio cultural no acabe viajando sin billete de vuelta fuera de la Comunitat, como tantas veces ha ocurrido en otros capítulos de nuestra Historia, ante el desinterés, cuando no directamente la connivencia y la complicidad de las autoridades públicas del momento".

La concejala 'popular' Julia Climent ha citado los retablos de San Esteban y del Centenar de la Ploma, así como las portadas del desaparecido Palacio de Mosén Sorell como ejemplos "destacados" del patrimonio cultural valenciano fuera de nuestro territorio y ha confiado en que la historia "no se repita en esta ocasión con los fondos artísticos del Círculo de Bellas Artes".

La primera de estas obras, el retablo de San Esteban, sería adquirido por el Rey Carlos IV con ocasión de su visita a València en 1802, tras las nupcias del Príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII. Obra de Juan de Juanes, narra los principales episodios de la vida del santo, considerado el primer mártir del Cristianismo. Desde entonces, dicho conjunto pictórico, "uno de los más monumentales del pintor valenciano", se encuentra expuesto en el Museo Nacional del Prado, en Madrid, "y no en el lugar para el que fue concebido, el altar mayor de la Iglesia de San Esteban Protomártir".

En el extranjero se encuentra el retablo del Centenar de la Ploma, erigido en estilo gótico internacional y atribuido a Marçal de Sax. Ubicado en la desaparecida Iglesia de San Jorge, en el solar que hoy ocupa el Hotel Astoria, fue encargado por el histórico Centenar de la Ploma, una compañía de cien ballesteros establecida en 1365 por Pedro II "el Ceremonioso" para escoltar y proteger a la Real Senyera.

El citado retablo, en el que se representa la batalla del Puig, antesala a la conquista del 'Cap i casal' de manos de Jaime I "el Conquistador", fue adquirida en 1864 en un anticuario de París en plena fiebre europea por el estilo gótico. Desde entonces, se conserva en el Victoria and Albert Museum de Londres, ocupando, desde 1999, la sala dedicada a los cartones de Rafael. Lo mismo ocurre con el Retablo de San Jorge y con el de San Gil y San Vicente, realizado en el siglo XV por Miquel Alcanyís, y para cuya contemplación hay que desplazarse al Metropolitan Museum de Nueva York.

A nivel arquitectónico, resulta de "obligada" referencia el desaparecido Palacio de Mosén Sorell, ubicado en el solar que ocupa hoy el mercado del mismo nombre, en el barrio del Carmen. Construido en estilo gótico flamígero, fue uno de los "más fastuosos de toda la ciudad".

Por último, el PP ha considerado "igualmente fundamental" que la Conselleria de Cultura siga colaborando con la Unidad de Patrimonio de la Policía Autonómica para averiguar el paradero de las obras desaparecidas del extinto Círculo de Bellas Artes, ya que, ha insistido, "de las 200 obras de arte inventariadas en el año 2007 por la citada institución, 90 de ellas están actualmente en paradero desconocido".