Devastador incendio en Xàbia: "Sacamos de debajo de un coche una caja de cohetes que estaba ardiendo, pero el fuego ya había prendido"

Los trabajadores del restaurante del puerto intentaron apagar el destructivo incendio que calcinó 17 coches y dañó otros tantos

"El viento impulsó las llamas y empezaron las explosiones de neumáticos y cristales; nos impresionó ver un coche moviéndose solo y convertido en una bola de fuego"

Los coches calcinados y, al fondo, el perfil del cabo de Sant Antoni

Los coches calcinados y, al fondo, el perfil del cabo de Sant Antoni / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

El aparcamiento del puerto de Xàbia es hoy un cementerio de coches calcinados. Está precintado. La Guardia Civil investiga el origen del fuego que destruyó 17 vehículos y dañó otros tantos (algunos también se declararán siniestro total). Los dueños de los coches están muy tocados. Varios de ellos asistían, cuando se declaró el incendio, a una boda que se celebraba en la iglesia del puerto. Aparcaron tranquilamente y, cuando salieron del templo, lo que quedaba de su coche era un amasijo de hierros carbonizados. Han asegurado a este diario que la traca que pudo originar el incendio no la lanzó ninguno de estos invitados. Precisan que antes de esta boda hubo otra celebración.

El testimonio de los trabajadores del restaurante de la Cantina del puerto de Xàbia es muy preciso sobre lo que ocurrió. Ellos estaban allí, montando las mesas de la terraza para el servicio de la comida, cuando comenzó el incendio. Fredy, que es uno de estos trabajadores, ha explicado a Levante-EMV cómo comenzó el incendio. "Sobre las 12.45 horas, mientras preparábamos la terraza, vimos que salía humo blanco de debajo de un coche. Mi jefa y yo nos acercamos y había una caja de cartón de cohetes que estaba encendida".

Fredy y su jefa intentaron apagar la caja. Sacaron la caja de pirotecnia de debajo del coche. Cogieron un extintor del restaurante y también botellas de agua. Lograron que dejara de arder. Pero, entonces, alarmados, vieron que el fuego había prendido en el coche. "Salía humo de la parte del tanque de combustible. Avisamos inmediatamente a la Policía Local. Nos alejamos". "Desde el restaurante, observamos que el humo se tornaba de blanco a negro. Soplaba mucho viento. Las llamas saltaban de un coche a otro y empezaron a explotar los neumáticos y los cristales".

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PI STUDIO

Este trabajador de la Cantina afirma que les "impresionó muchísimo" que el primer coche que empezó a arder, un Renault Clio, de repente se movió solo. "Estaba envuelto en fuego. Era una bola de fuego. Se ve que se habían quemado ya los frenos".

Fredy afirma que sus compañeros sí que le han dicho que 20 minutos antes de que él y su jefa descubrieran la caja de productos pirotécnicos ardiendo debajo del coche se había tirado una traca (supuestamente la de la celebración anterior a la de la boda en la iglesia del puerto). "Yo, cuando ví la caja quemándose debajo del coche, pensé en un primer momento que había sido una maldad, una gamberrada".

Muchos curiosos se han acercado a tomar fotos de los coches calcinados

Muchos curiosos se han acercado a tomar fotos de los coches calcinados / A. P. F.

Rápido desalojo

El aparcamiento se convirtió en pocos minutos en un pandemónium. La Policía Local y la Guardia Civil lo acordonaron y evitaron que alguien intentara entrar a sacar su coche (hubiera sido una gran temeridad). Los agentes también desalojaron rápidamente el restaurante. "Estuvimos tres horas cerrados. El daño que nosotros hemos sufrido es que lo teníamos todo reservado y no pudimos trabajar; también hemos perdido productos frescos del día".

Dueños de coches que habían llegado a Xàbia para acudir a esa boda de la iglesia del puerto y que han perdido su vehículo han señalado que la Cofradía de Pescadores (el edificio de la lonja y de los marineros es en el que está la cantina) dispone de cámaras instaladas que deben haber grabado todo lo que ocurrió. "Cuando la Guardia Civil revise esas imágenes, podrá reconstruirlo todo. De momento, nosotros tenemos un disgusto enorme". Un día de celebración se convirtió en un drama. Los afectados están ahora negociando con los seguros que les proporcionen un coche de sustitución. Ya saben que van a vivir un calvario de negociar y presentar reclamaciones para intentar recuperar algo de lo que han perdido.

Mientras tanto, este aparcamiento del puerto de Xàbia es hoy un remolino de curiosos. Se echan las manos a la cabeza cuando observan la destrucción. Funciona el turismo de catástrofes.