Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Boira reclama para el Grao "la dignidad histórica" que merece

El experto plantea una nueva hipótesis sobre cómo evolucionó este enclave urbano entre los siglos XIII y XVIII

Imagen de la Iglesia de Santa María del Mar actual y en una foto histórica de principios del siglo XX. | EDUARDO RIPOLL

¿Cuál es el punto exacto en el que se fundó el Grao de València? ¿Cuál fue el primer espacio urbanizado y hacia dónde se extendió? Como señala el Catedrático de Geografía Humana de la Universitat de València, Josep Vicent Boira, las respuestas a estas preguntas no son sencillas debido a «la falta de cartografía detallada anterior al siglo XVIII», lo cual, significa según sus palabras, que planificar una hipótesis «es complejo». Con todo, este acreditado geográfo presentó el jueves en el IX Curs d’Història de la Ciutat, una reciente investigación en la que expone una nueva tesis acerca de cómo ha evolucionado la trama urbana del Grao, tomando la iglesia de Santa María del Mar como referencia.

El Catedrático de Geografía Humana Josep Vicent Boira. | F.BUSTAMANTE

Boira lamenta que el Grao de València «es un espacio poco conocido y analizado» y, por ello, recalca que debería ser estudiado «como un centro histórico y, así, incrementar la supervisión arqueológica sobre este enclave urbano cuando se produce una obra». «Es importante que se lleve a cabo una vigilancia arqueológica y un mantenimiento», destaca el catedrático, quien añade que «se debe devolver al Grao la dignidad de un espacio histórico con una riqueza que se debería conservar».

Boira reclama para el Grao «la dignidad histórica» que merece

Por ello, Boira ha centrado su estudio en este espacio tan emblemático y ha planteado una nueva hipótesis sobre su estructura y evolución urbana entre los siglos XIII y XVIII. En ella, el catedrático resalta que la ampliación de la calle Mayor para abrir la avenida del Puerto y la Guerra Civil han modificado este enclave urbano, por lo que es más difícil la reconstrucción de su evolución histórica. La mayoría de las investigaciones en torno al nacimiento del Grao defienden que su trama urbana responde a una morfología rectangular. De hecho, a primera vista, responde a una estructura ortogonal casi perfecta. Sin embargo, en palabras de Boira, «un análisis más detallado hace dudar de esta representación».

El prestigioso geógrafo pone de manifiesto que la alineación del muro meridional de la iglesia de Santa María del Mar no se ajusta con el esquema vial, sino que se muestra una alineación distinta entre esta y las atarazanas respecto al resto. Este hecho es el resultado de «distintas etapas del proceso evolutivo, en las que la iglesia y las atarazanas responden a un primer período de origen medieval, mientras que el resto fue fruto de modificaciones posteriores».

La citada alineación del templo ejemplifica esta fase urbanística del medievo. De hecho, el edificio religioso, comenta el profesor, «ya tenía una capilla dedicada al Crist del Grau, que decidió respetarse, por lo que el presbiterio tenía que adoptar el modelo de esta».

Todo ello permitiría afirmar que la iglesia y las atarazanas pertenecen al núcleo más antiguo. Posteriormente, durante los siglos XIII y XIV, «el Grao tuvo grandes dificultades de repoblación» y fue en el siglo XV cuando empieza a crecer. «Todos los edificios notables de época medieval aparecen situados en la zona norte, es decir, entre el eje que comunicaba el mar con València y las Atarazanas». Estas últimas se construyeron, cuando la línea de costa debía estar muy cerca del nuevo edificio pero «con el paso del tiempo esta línea cambió«.

Tras el estudio, el Catedrático concluye que «nos encontramos con un núcleo urbano muy pequeño, que fue difícil de poblar y que, durante los siglos XIII y XIV, no se extendería más allá de un cuadrángulo delimitado por la iglesia, dos o tras islas de casas hacia el mar, las atarazanas y otros almacenes».

En el siglo XV, se reforzaron algunos servicios básicos y, a este núcleo, «llegaría de manera lateral y excéntrica el camino de la Mar». Boira añade que «la presencia del río, con un paisaje cambiante y móvil, refuerza esta idea de un desarrollo más septentrional». Ahora bien, la primera gran transformación en el Grao llegó en el siglo XVI «debido a la situación económica y por la decisión de crear un potente baluarte de defensa ante los ataques».

Durante el siglo posterior, esta zona de València «iría adoptando la configuración cara el mar» y «podríamos pensar en una lenta urbanización durante el XVI y XVII hasta llegar en el primer tercio del XVIII a una configuración estable». El catedrático indica que esto «romperá con la urbanización de la segunda mitad del XIX con nuevos barrios periféricos». Boira afirma que muchos servicios, a lo largo de esta evolución, «se trasladaron o aparecieron en la zona sur, cuando en época medieval, lo estaban en la parte norte».

En el primer parcelario existente se evidencia una clara diferencia entre la zona sur y la norte y, dentro de esta, entre las islas de casas que se encuentran delante de la iglesia y la más exterior o cercana al mar.

Boira destaca que todavía queda por explicar «la razón de esta diferente alineación de manera totalmente fiable», aunque según sus palabras, «esto podría estar asociado con la modificación de la línea de la costa y la configuración geomorfológica de la red de canales y acequias». No obstante, como expone Boira: «la falta de documentación dificulta el conocimiento de la historia».

Compartir el artículo

stats