El Ayuntamiento de Valencia ha obtenido una calificación global de 7,24 puntos sobre 10 en la medición del desarrollo global de sus servicios sociales. En el apartado de Derechos y decisión política es donde logra una mayor calificación, obteniendo una puntuación de 1,48 sobre 1,50. Esto indica que existe "una clara intencionalidad política por fomentar los derechos de la ciudadanía en materia de Servicios Sociales, consiguiendo que la ciudadanía sea titular de derechos a través de las diferentes ordenanzas municipales". Responde al modelo que marca la propia ley de Servicios sociales que pretende consolidarlos como el cuarto pilar del estado del bienestar, indican fuentes municipales.
Por su parte, la concejala de Servicios Sociales Isabel Lozano subraya que decidieron participar en esta autoevaluación a propuesta de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales "porque nos parece fundamental partir siempre de un análisis lo más certero posible de la realidad social para poder actuar sobre ella de la manera más eficaz, y que nos permita evaluar cómo va cambiando esa realidad a partir de las políticas públicas desplegadas". Así, subraya: "lo estamos haciendo con el fenómeno del sinhogarismo: el gobierno de Joan Ribó ha sido el primero en contabilizar el número de personas sin hogar en la ciudad, así como la situación particular de cada una de ellas. No escondemos las realidades de exclusión, al contrario, les damos visibilidad para hacernos cargo de ellas", matiza.
En 2020 se destinaron 11 millones a ayudas de emergencia
València ha obtenido un 7,24 sobre 10 en esta medición de la calidad y despliegue de sus servicios sociales. ·Esto nos indica que vamos por el buen camino en ese objetivo tan ambicioso de construir el mejor sistema de servicios sociales posible, como cuarta pata del sistema del bienestar", indica la regidora. "Se nos valora especialmente bien en lo relativo a la apuesta política desplegada, con el desarrollo de ordenanzas, planes estratégicos, transversalidad en las acciones, catálogos de prestaciones, órganos de participación y acciones de colaboración con el tercer sector, gestión de la calidad, etc. Y también en relación con el esfuerzo económico-presupuestario realizado para garantizar servicios y prestaciones a la ciudadanía. Un esfuerzo que ha sido especialmente visible durante la crisis sanitaria, social y económica de la covid19, en la que, por ejemplo, durante el 2020 se dedicaron más de 11 millones de euros a más de 20.000 ayudas económicas de emergencia para cubrir necesidades básicas", recuerda.
"Vamos por el buen camino en ese objetivo tan ambicioso de construir el mejor sistema de servicios sociales posible, como cuarta pata del sistema del bienestar", indica la regidora Isabel Lozano
El análisis muestra, igualmente, que el mayor reto municipal está "en aumentar y diversificar la cobertura de los servicios prestados, es decir, incrementar tanto los profesionales como la magnitud de los programas y recursos". A todo ello dará respuesta, en gran parte, implementación del Contrato Programa que el Ayuntamiento de València suscribió el pasado año con la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas para la financiación en los próximos cuatro años de los servicios sociales de competencia municipal. "Así como también con el despliegue de infraestructuras sociales previsto en el Pla Convivint autonómico, que generará tanto recursos residenciales, como centros de día para atender a infancia y adolescencia, mayores dependientes o personas con discapacidad, incluyendo la enfermedad mental", indica Lozano.
En definitiva, estos resultados "nos motivan enormemente a seguir trabajando en la dirección en la que venimos haciéndolo: la de garantizar derechos, oportunidades y vidas dignas para todas las personas, acabando con dinámicas de exclusión transmitidas generacionalmente y estableciendo una red de atención social y de segundas (o terceras, o incluso, primeras) oportunidades, que sea capaz de actuar a tiempo para prevenir situaciones de vulnerabilidad agravadas", finaliza.
