Un final feliz, aunque de película. "Milka", la perrita perdida en Pinedo, ha aparecido sana y salva. Después de que su rescatadora, Jessica; y un joven desconocido se jugaran literalmente el tipo para salvarla. Ahora, la perrita espera el regreso de su dueña, que reside en Francia, y que llegará en los próximos días para llevársela. Con la satisfacción de la samaritana, aunque también con un punto de melancolía porque "habían pasado ya bastantes días, empezábamos a dudar de que aparecieran sus dueños... y nos habíamos encariñado de ella". El año pasado se les había muerto el can que tenían "y ahora, que mi padre se ha recuperado de una operación de cadera, le venía muy bien para salir a caminar. Es graciosísima, un encanto. Aún se asusta, pero se hace de querer".

Un final feliz que pudo ser muy diferente. Tal como publicó Levante-EMV en su edición del día 10, las alarmas se habían activado a partir de que una joven, Alicia, viera a la perrita huyendo despavorida en el puente que une Pinedo con La Punta tras haber escuchado el disparo de una traca, a la que no estaba acostumbrada por residir en Francia. Su cartel fue distribuido por colectivos vecinales de la zona.

"Retuvimos el tráfico, pero no podíamos dejarla"

Ese día, Jessica enfilaba con su automóvil la V30 para dirigirse a Picassent. "Y de repente, en los carriles rápidos, me veo una perrita correr desesperadamente. Tenía que intentar atraparla porque tenía claro que, caminando sin rumbo por la autovía, la iban a atropellar". Tanto ella como el joven desconocido "que llevaba un Peugeot" hicieron pantalla "aunque por detrás nos pitaban los conductores porque estábamos haciendo tapón. Lo siento, sé que retuvimos el tráfico, pero no podía dejarla ahí".

Por esta peligrosa zona dela V30 fue encontrada vagando "Milka"

Y, poco a poco, fueron arrinconándola hacia lo que es el Nuevo Cauce. Se arrimaron y la atraparon. "El chico del Peugeot me dijo que no podía quedársela porque tiene gatos en casa, por lo que me la quedó yo. Pobrecita: tenia las patitas llenas de sangre". Se la llevó a casa de sus padres "y durante dos días no se movió del sofá". Pero como pasa en estos casos, poco a poco fue cogiendo confianza".

Se le detectó un chip italiano, "que no se podía rastrear", por lo que "le pusimos de nombre "Roma" y la verdad es que empezó a ser una más de la familia". No la escondió, porque incluyó una foto suya en un portal de búsqueda de perros y ahora, conociendo ya el tema, no ha dudado en anunciar que la tiene ella.

Jessica reconoce que ya le había cogido cariño a la perrita, rebautizada como "Roma".

Finalmente, "Roma", o "Milka" ha quedado identificada. Geraldine, la dueña, ya tiene los billetes de avión para volver y recuperarla. "Nos dará pena perderla, pero también sé que la satisfacción de los dueños va a ser enorme". Un hallazgo que también ha llenado de satisfacción a las dos jóvenes que se esforzaron por difundir la desaparición.