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"Guerra biológica" contra una plaga en los laureles de la Avenida del Puerto

Un total de 120 árboles están afectados por la "psylla del ficus", a los que se intentará exterminar con un chinche depredador

"Guerra biológica" contra una plaga en los laureles de la Avenida del PuertoAyto vlc

El ayuntamiento ha puesto en marcha un tratamiento biológico para tratar de acabar con una doble plaga que afecta a 120 Laureles de Indias de la Avenida del Puerto. Se trata de una actuación pionera, encaminada a reducir el uso de productos fitosanitarios y emplear depredadores naturales.

El insecto agresor es la psylla del ficus. Está considerado como un invasor -procede de Asia- y para combatirlo, en lugar de pesticidas, se han liberado ejemplares de anthocoris nemoralis, un chinche empleado de forma recurrente como depredador natural. Este insecto es muy voraz en todos sus estadios móviles, se nutre activamente de su presa, puesto que depreda tanto huevos como adultos y larvas.

El vicealcalde y concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo, ha destacado el inicio de este tratamiento biológico “contra una plaga recurrente y bastante extendida que afecta a los ejemplares de Ficus nítida de la avenida del Puerto, la psylla del ficus, la cual incrementa su incidencia con las altas temperaturas”. Esta semana “por primera vez, vamos a tratarla con un depredador natural”.

Esta particular "arma biológica" contra insectos invasores, que son capaces de lastimar el arbolado, aparte de diferentes molestias que generan (sustancias pegajosas y similar) forma parte de la filosofía de la nueva contrata de jardinería, en la que se insiste en priorizar el empleo de invertebrados para acabar con otros que están por debajo en la cadena alimentaria. "De hecho, vamos a generalizar como prioritaria la lucha biológica, frente al uso de fitosanitarios, que afectan no solo a las plagas, sino también a los insectos beneficiosos, como por ejemplo los polinizadores, u otros que no provocan ningún perjuicio a las plantas y árboles de nuestra ciudad”.

Operativo para la introducción del insecto depredador

Fauna útil para conservar rosaledas

El control biológico de plagas consiste en la suelta de enemigos naturales para combatir a los insectos que causan las plagas. Esta práctica permite reducir considerablemente la pérdida de biodiversidad urbana, al contrario que los productos fitosanitarios, que son más generalistas y no atacan solo a la plaga en cuestión, sino que también afectan los insectos beneficiosos para el equilibrio de los ecosistemas. En el arbolado viario de la ciudad solo se había habían hecho pruebas experimentales, por lo que esta actuación en la avenida del Puerto abre un nuevo modelo de tratamiento biológico de las plagas, que se irá extendiendo por totalidad de barrios de la ciudad, ya que es una de las características de las nuevas contratas de mantenimiento de jardinería y de arbolado de viario. El tratamiento biológico de plagas con fauna útil, por ejemplo, nematodos, ya es una realidad en los jardines gestionados por el Organismo Autónomo Municipal (OAM) de Parques, Jardines y Biodiversidad Urbana, especialmente implantado para garantizar la conservación de las rosaledas.

Relevancia de los alcorques con vegetación

Los insectos beneficiosos para combatir plagas, como anthocoris nemoralis, hibernan en lugares protegidos como las grietas de la corteza de los árboles, la hojarasca, las hierbas de los alcorques, entre otros. Por este motivo es tan relevante promover los alcorques con vegetación, renaturalizados, a los que también se incorpore el triturado del resto de poda. La lucha biológica, al mismo tiempo, evita la creación de resistencias a plagas, así como también la aparición de plagas secundarias. De hecho, el principal objetivo de estos tratamientos es el establecimiento a medio y largo plazo de un equilibrio en el ecosistema, consiguiendo la reducción de la plaga ante el impulso de la fauna útil.

València, finalista al título de Capital Verde Europea 2024

El tratamiento biológico de las plagas es básico en la estrategia de renaturalización y mejora de la infraestructura verde de València, ciudad finalista al título de Capital Verde Europea 2024, tal como ha recordado Campillo. Este premio, dotado con 600.000 euros, está promovido por la Comisión Europea desde 2010 para reconocer los proyectos y el compromiso por la ecología urbana, alineados en el Pacto Verde Europeo, la Estrategia de Biodiversidad 2030 de la Unión Europea o los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

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