El atasco burocrático de las fallas paraliza las subvenciones y licencias

Falta de pericia y negligencias lastran los plazos de ayudas y hasta las entradas de la exaltación

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

La asamblea de presidentes de enero dejó una situación, cuanto menos, sorprendente: en el turno de ruegos y preguntas hubo más interés por la negligencia de no pedir las entradas de la exaltación que por la negligencia de no cumplir los trámites para recibir subvenciones.

Es un curioso sistema de prioridades, pero que viene a dejar en evidencia que las Fallas de la modernidad empiezan a requerir algo más que buenas intenciones de directivos «amateurs» y que gestionar toda la burocracia de la fiesta apunta más a gestores de la fiesta, aunque tengan que ser remunerados.

El concejal Carlos Galiana se mostraba ya cansado de un soniquete que llevaba diciendo en las convocatorias anteriores: que las comisiones no presentan la documentación necesaria para cobrar. «Y si no se cierra un expediente, no se puede empezar otro». Y cuando cuantificó la anomalía, saltó la banca: «debe haber, ochenta, noventa o cien comisiones pendientes de ponerse al día». Y si a las 384 comisiones le quitas las de las poblaciones, el problema afecta a muchas más de lo que parece. Las subvenciones están atascadas por ese motivo. Y también por la diversificación en la misma. Quedará para la duda si la fórmula de antaño (sufragar la falla y la iluminación, y que cada uno invierta esa inyección económica en lo que quiera) es una solución más cómoda que la actual, con líneas para bandas de música, pirotecnia -y, en su momento, verbenas agrupadas- en un tiempo en el que la legislación hace más complicada la tramitación.

Pero en dicha asamblea, Galiana no salía de su asombro: otra de las grandes obligaciones burocráticas de las comisiones es la de pedir las zonas de actividades (fuegos, carpa...), que tiene, tenía, una fecha improrrogable: el 2 de enero. Sin embargo, no todas lo han hecho. En puridad, se quedarían sin más lugar que el de la falla.

«Llevo diciendo en plenos y asambleas el tema de los plazos y hay comisiones que no lo han entregado. No estaba previsto, por cuestiones internas del servicio, pero se abrirán dos días de plazo, absolutamente improrrogables para que aquellas comisiones que no han presentado la documentación, que lo hagan. Eso sí, primero se resolverán las presentadas en tiempo y forma y cuando tengamos eso resuelto nos pondremos con lo que falta. Pero si se pide alguna cosa complicada tipo carpa, no puedo asegurar lo que tendrán y lo que no tendrán. Haremos lo máximo que podamos, pero había unos plazos y mucha comunicación por medio», aseguró el concejal.

La solución, seguramente, acabará por pasar por la contratación de gestorías profesionales que se encarguen de llevar las tramitaciones de una o varias comisiones, refrendadas por la firma del presidente en los casos necesarios.

Resulta revelador, en ese sentido, que la propia Junta Central Fallera ya escindió la secretaría general en dos vertientes: la profesional, dedicada a esa burocracia propia ; y otra, más «fallera», dedicada a cuestiones de la gestión de otra índole.

El Palacio de Congresos acogió los ensayos de las exaltaciones del próximo fin de semana. Un evento que llega ya sin restricción de ningún tipo F