L'Escuraeta volverá después de cuatro años con 21 puestos

El Mercado Tradicional se inaugura el 14 de mayo y las paradas podrán ser rodeadas por los clientes en el centro de la plaza

Escuraeta de 2019, donde se suscitó polémica por la cercanía a las terrazas

Escuraeta de 2019, donde se suscitó polémica por la cercanía a las terrazas / EDUARDO RIPOLL

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

El Mercat de l'Escuraeta afronta uno de sus grandes test de estrés en sus 800 años de existencia: ser capaz de regresar después de tres ediciones perdidas. El día que se inaugure habrán pasado cuatro largos años desde que se vendió el último puchero. La edición de 2020 se malogró por la pandemia y las de 2021 y 2022, por las obras de remodelación de la Plaza de la Reina. A esto hay que añadir las dudas que suscitan algunos antecedentes de la venta ambulante, como el hecho de que el mercado municipal de Navidad haya, finalmente, desaparecido por la falta de interés de los vendedores, que dejaron de tener su espacio en el centro de la ciudad, diluyéndose dentro del mercado extraordinario del Cabanyal.

Varias cosas cambian de la Escuraeta de las ediciones anteriores. De momento, el número de paradas. Va a ser una edición comedida, con 21 puestos -tradicionalmente eran 28, pero bien puede considerarse un éxito completar la totalidad de oferta-. De momento, el ayuntamiento tiene articulada incluso la fórmula por si la oferta supera a la demanda: se asignarán por sorteo.

Toda la venta ambulante en el centro

Y no menos significativo es el cambio de ubicación, que no deja ya más dudas de lo que supone el nuevo diseño de la plaza: toda la venta ambulante pasa al espacio central de la plaza. Se acabaron los puestos alrededor de la fachada de la catedral o en los laterales -donde, por ejemplo, en la última edición, la de 2019, entraban en colisión con las terrazas-. Ahora todos se dispondrán ordenadamente en el centro de la plaza. Pero si en el Mercado de Artesanía de Navidad se generó una calle central, en esta ocasión lo que se prevé es que los visitantes puedan rodear los puestos. Ya se anunció durante las obras de remodelación que el diseño contaría con dos espacios para sendos acontecimientos efímeros, pero tradicionales, de la plaza: la falla Reina-Paz-San Vicente y l'Escuraeta.

Ubicación del Mercat, en el centro de la Plaza de la Reina.

Ubicación del Mercat, en el centro de la Plaza de la Reina.

Esta disposición es la que ha llevado al ayuntamiento a aplazar la reinstalación de los sombrajos en la parte norte de la plaza de la Reina, una instalación pensada para la temporada en la que el calor aprieta, y que el pasado año se retiraron en el mes de noviembre.

EN 2025 NO HABRÁ TOLDOS HASTA SAN JUAN

La imposibilidad de instalar la toldilla de la plaza de la Reina al instalarse el Mercat de l'Escuraeta dejará sin sombra al único espacio habilitado para ello en el nuevo espacio peatonal hasta el 11 de junio. L'Escuraeta se instala entre la festividad de la Virgen de los Desamparados y el Corpus, con lo que este año tendrá como fechas disponibles desde el 14 de mayo (domingo) hasta el mencionado 11 de junio. Este retraso a la hora de instalar una reparadora sombra -para entonces se prevé que la temperaturas ya sean notablemente altas- se debe a que el calendario de la Cuaresma es tardío este año.

Sin embargo, mucho peor será, en este caso, la edición de 2025, en el que las sombras no se podrán instalar (si no hay cambio de decisión) hasta San Juan. El Corpus de 2024 es el 2 de junio, pero el de 2025 se celebrará el 22 de junio. Un retraso que no se repetirá hasta 2030.

Parada tradicional de l'Escuraeta

Parada tradicional de l'Escuraeta / EDUARDO RIPOLL

Los puestos se han ido unificando con el paso de las dos última legislaturas, a base de casetas de prefabricado, acabando así con el criticado "mar de plástico" de las ediciones anteriores.

También está el debate de qué productos se venderán, y que también se suscitó en el desaparecido Mercadillo de Navidad. En este caso se exige que los artículos a la venta sean "los de Escuraeta y cacharros y objetos de cerámica". Es decir, una mercadería basada en el trabajo del barro y otros productos primarios para la cocina y el entretenimiento.