La Federación Vecinal pide no perder la política del peatón

Los comerciantes del centro exigen mayor dotación para su delegación, mantener los bonos de ayuda y coinciden con los colectivos vecinales en reclamar al nuevo ayuntamiento la Policía de Barrio

Ruidos, licencias, hostelería y turismo confluyen en esta imagen de terrazas de Russafa

Ruidos, licencias, hostelería y turismo confluyen en esta imagen de terrazas de Russafa / Francisco Calabuig

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

Los colectivos ciudadanos son entidades con las que los equipos municipales están condenados a entenderse. Tanto los de carácter político como profesional. Por ello, todos ello aguardan ahora que el equipo de María José Catalá llegue, se asiente y tome decisiones. 

Al lado, o en frente, según sea el caso, tendrá sobre todo a la Federación de Asociaciones Vecinales de València, entidad que, tal como recuerda su presidenta, María José Broseta, «hace política, pero no de partidos». El siempre marcado carácter progresista de la federación no le impide aceptar el cambio de color. «Los ciudadanos han hablado y han dicho lo que tenían que decir. Para nosotros la historia no cambia porque les vamos a decir y a pedir lo que a todos. Nuestra hoja de ruta. Ellos saben lo que quiere el movimiento vecinal, cuyo cometido es reclamar y reivindicar, pero siempre de forma documentada. Allá donde reclamamos una acera o un jardín, estaremos haciendo política, pero no a favor o en contra de un partido». 

Con el Rialto han quedado «cosas por hacer», pero «se han hecho bastantes cosas. Todo cuando proponemos es para que la ciudad mejore». Entre ellas, la «lucha contra la contaminación acústica, la seguridad ciudadana, las licencias, la ocupación excesiva de mesas y sillas en el espacio público, los apartamentos turísticos como contraste de la falta de vivienda social o qué va a pasar con los PAI pendientes...» y, sobre todo, «el derecho del peatón, que ha de ser una realidad». Por eso, reclamará inmediatamente «esa Mesa del Peatón que hemos reclamado siempre». 

Grandes eventos con cabeza

Uno de los mensajes de Catalá ha sido «cuidar el detalle pero hacer grande a València». Y ya ha expresado alguna vez que no hace ascos a grandes eventos. «Lo hemos visto en el programa, pero eso suelen ser documentos que quedan sólo muy bonitos. Recordaremos que antes de pedir u organizar, se piense bien si va a beneficiar a una ciudad y no a unos cuantos».

Más dotación a Comercio

Otra entidad en permanente contacto con el gobierno municipal es el de los comerciantes del Centro Histórico. Cuando se reúnan por primera vez, los responsables del PP ya saben a lo que se enfrentarán porque todos los partidos tienen ya su lista de peticiones, que pasan entre otras cosas por dotar a la Concejalía de Comercio de unas disponibilidades económicas acordes «con la importancia del sector», en palabras de su portavoz, Julia Martínez. Apoyo al comercio antiguo -bonificando el IBI, aunque Catalá ha asegurado repetidamente que se rebajarán los impuestos-, consolidar «el apoyo a los comercios singulares y artesanos», y garantizar el «equilibrio» entre la actividad comercial y los ejes peatonales «para evitar la concentración de un sólo sector en detrimento de otros». Mantener campañas como la del Bono Comercio o reclamar más seguridad. 

Protestas vecinales contra apartamentos turísticos

Protestas vecinales contra apartamentos turísticos / EDUARDO RIPOLL

En ese sentido coinciden con la federación vecinal en reclamar la recuperación de la Policía de Barrio. «A lo largo de estos años hemos tenido una relación correcta con prácticamente todos los concejales con los que teníamos competencias: Carlos Galiana, Sergi Campillo, Pere Fuset, Sandra Gómez, Pilar Bernabé, Borja Sanjuán... hemos protestado cuando no nos han atenido porque lo que pedimos siempre es en interés de todos. Siempre reclamaremos que nos atiendan; luego, que nos entiendan. Entre los comerciantes y entre los clientes hay convicciones políticas de todo tipo». 

La emergencia la tienen con las obras de las calles Alicante y Castellón, «que tienen aislados a más de una veintena de comercios y eso es un desastre». No se trata de una obra municipal pero «es una constante que no se cuente con los comerciantes a la hora de afrontar una obra». 

También pedirán al edil que sustituya en el cargo a Carlos Galiana que «continúen con las campañas de concienciación contra la compra ambulante de productos ilegales y el consumo sostenible de proximidad», explicó la representantes del comercio.

LA HOSTELERÍA SUEÑA CON UNA "CONCEJALÍA"

Antes de que se dirimiera el futuro de la ciudad en las urnas, la Coordinadora de Hostelería de los Barrios de València ya había reclamado a los partidos un «Pacto de Ciudad contra el Ruido». Es decir, un punto de equilibrio en el que «se evite la estigmatización y persecución a las pymes de hostelería y ocio, que se han convertido en las víctimas del problema del ruido. Pero las solicitudes de una colectivo que reúne una cantidad importante de la actividad económica de una ciudad que trabaja mucho el terciario va mucho más allá. Su máxima aspiración es disponer de una dirección general. Una especie de casi concejalía que tendría su lógica de la misma manera que Comercio tiene la suya propia. También reclaman «una homologación del sistema de cálculo de los aforos», ese punto de fricción que acabó a caceroladas. «Unos criterios de cálculo justos». Y no menos importante -también reivindicado por Catalá- «un plan de choque para superar el bloqueo administrativo en el proceso de tramitación de licencias».