Los pescadores piden ayuda al ayuntamiento para no reducir las capturas de anguilas que impone la UE

Aseguran que las capturas se van recuperando en la Albufera al mejorar la calidad del agua

Suelta de anguilas marcadas en las aguas de la Albufera.

Suelta de anguilas marcadas en las aguas de la Albufera. / Levante-EMV

José Parrilla

José Parrilla

La reunión con los nuevos responsables municipales ha permitido a los pescadores de El Palmar plantear otro de los problemas que afrontan este año, que la imposición de la Unión Europea de una reducción en las capturas de anguilas para salvar a la especie. Concretamente, les piden una suspensión de la pesca seis meses al año y ellos aseguran que eso es injusto e inasumible, al menos el trimestre de enero a marzo. "Si dejamos de pescar tenemos que cerrar los puestos de la lonja", dice su presidente, José Caballer.

Anguilas marcadas para ser liberadas en la Albufera.

Anguilas marcadas para ser liberadas en la Albufera. / Levante-EMV

Según Caballer, la medida debía aplicarse este año 2023 y finalmente se ha retrasado al año que viene, por eso quieren que el cosistorio y la propia Generalitat Valenciana actúen en su defensa. La medida la consideran injusta porque el planteamiento de la Unión Europea se hace para el arco mediterráneo, sin tener en cuenta que "la Albufera es un lago interior con unas carecterísticas diferentes". De hecho, "en la actualidad pescan entre cinco y seis mil kilos al año (muy lejos de lo que se pescaba hace unas décadas) y las capturas se van recuperado gracias a la mejora del agua en la Albufera". Es decir, no hay un retroceso en la población de anguila, sino todo lo contrario.

Investigación

Además, se trabaja intensamente en la recuperación de la especie. De hecho, ayer mismo, viernes, técnicos de la Generalitat procedieron a la suelta de 16 anguilas capturadas en ríos y pantanos de interior desde los que no tienen acceso al mar. La idea es liberar estas anguilas para que, llegado el momento, puedan salir a desovar al mar de los Sargazos, que es su migración natural. Todos los ejemplares han sido marcados con una mancha amarilla en el lomo y un chip para hacerles un seguimiento y que cuando sean pescadas de nuevo puedan ser recuperadas y estudiadas. En conclusión, se trabaja también en la conservación de la especie, aseguran los técnicos.