Colas para recoger comida en el río pese a la prohibición del Ayuntamiento de València

Cientos de personas se han llevado su ración de arroz con pollo, pan, flanes y refresco gracias a la Fundación Ayuda a Una Familia

"En València no hay comedores sociales para todos los sinhogares" explica Conor Hannah, presidente de la fundación

Cientos de personas han acudido al jardín del Puente de Ademuz para recoger su comida.

Cientos de personas han acudido al jardín del Puente de Ademuz para recoger su comida. / Miguel Angel Montesinos

José Miguel Vigara

José Miguel Vigara

Ajenas a la prohibición decretada por el Ayuntamiento de València, cientos de personas han pasado por el punto de distribución de comida que monta la Fundación Ayuda a una Familia en la explanada situada bajo el puente de Ademuz, en el cauce del Turia. Esta vez el reparto de alimentos ha empezado un poco antes, hacia las 13, 30 horas, para evitar que se formen colas y para facilitar el reparto de las raciones. Y ha acabado sobre las 15 horas, como es habitual, de lunes a viernes. La entidad social reparte 15.000 comidas al mes y más de 600 diarias. La mayor parte de los usuarios de este servicio que presta esta fundación presidida por Conor Hannah son inmigrantes, de origen magrebí, africanos y sudamericanos. También hay un pequeño porcentaje de españoles. Casi todos tienen en común que carecen de papeles lo que les impide acceder a los servicios sociales que ofrece el sistema público. Gran parte son sintechos, duermen en la calle, bajo de algunos de los puentes del cauce o en infraviviendas. Abundan los temporeros que trabajan en el campo y los aparcacoches.

Hoy una docena de voluntarios de esta fundación está repartiendo un menú consistente en un arroz con pollo y verduras, una botella de coca-cola zero, dos flanes, y pan, casi una barra o dos panecillos. Los usuarios se llevan in situ la comida en un envase cilíndrico y adecuado para estos usos y también pueden optar por un vaso de caldo de pollo. A primera hora del reparto, antes de las 14 horas, ya había una cola de decenas de personas que se acercaron al camión de la fundación donde se distribuyen parte de los alimentos. En la otra parte, el equipo de cocina servía las generosas raciones de pollo y caldo, llenando los recipientes en las ollas colocadas sobre varias mesas.

Tal como explica el propio Conor Hannah a Levante-EMV, mientras supervisa el reparto de comida, desde el 6 de noviembre se está realizando este reparto de comida en esta ubicación porque el Ayuntamiento de València les concedió el permiso de ocupación del espacio público, que es el Tramo III de los Jardines del Turia. Con ese permiso han estado repartiendo comidas estas cinco semanas, de lunes a viernes, y de 14 a 15 horas. Sin embargo, "el viernes, por sorpresa, nos han revocado el permiso, sin ofrecernos tampoco ninguna alternativa". Hannah señala que ha mantenido contactos con el ayuntamiento para buscar otro posible emplazamiento pero "la realidad es que en València no hay comedores sociales" para todas las personas que los necesitan, sobre todo para el perfil de usuarios que ellos atienden de manera altruista. "No hay opciones para ellos", lamenta. Hannah solo quiere que las autoridades y el ayuntamiento le ayuden a seguir con el reparto de comida, autorizándoles la necesaria ocupación del espacio público. Respecto a los dos informes de la Policía de Patraix y de los servicios de Jardinería que han utilizado para quitarles el permiso, el presidente de esta entidad solidaria dice que el dictamen policial habla de "peleas" entre las personas que acuden a recoger su ración de alimentos, sin embargo, "sitúa esas peleas, en hasta un 80% de las incidencias, en domingo", circunstancia que es llamativa cuanto menos, pues la fundación no hace el reparto ni sábados ni domingos. Por ende, sobre los restos de basura que dejan estas personas en la zona, Hannah apunta que los propios voluntarios colocan cubos y retiran las bolsas y los restos, tal como pudo comprobar este diario. Pero realmente, el tipo de residuo que se genera no es tanto. Además, una parte de los usuarios se lleva la comida en bolsa para comerla en otro punto de la ciudad o en sus casas.