Los vecinos del Carmen advierten de que la tradición de las Fallas se ha convertido en evento turístico

Los residentes proponen sacar las verbenas de Ciutat Vella, reducir a la mitad las licencias de puestos ambulantes y vigilar el exceso de ruido de verbenas y carpas

Público en una mascletà de fallas en la plaza del Ayuntamiento

Público en una mascletà de fallas en la plaza del Ayuntamiento

Las Fallas, declaradas Patrimonio de la Humanidad, llevan camino de convertirse en un evento turístico y dejar de ser una tradición de los valencianos. Frente al balance positivo y de relativo buen funcionamiento de los servicios municipales (limpieza, transporte, seguridad...) y la programación festiva realizado este miércoles por el equipo de gobierno de Mª José Catalá, los vecinos del Carmen, uno de los barrios con más concentración de visitantes, señalan los problemas de convivencia que genera una fiesta que parece no tener límites. Así lo asegura la Asociación Amics del Carme en un escrito remitido tras la celebración de las Fallas, donde la ciudad ha vuelto a recibir a cientos de miles de personas. Una ciudad desbordada por los visitantes ante lo cual los vecinos piden medidas y hacen propuestas.

Verbenas fuera de Ciutat Vella

Los vecinos proponen reducir a la mitad de los puestos de comida y bebida en las calles del centro histórico; evitar la colocación de carpas sobre alcorques y mantener una distancia de dos metros del arbolado para estas instalaciones; desplazar las verbenas a lugares delimitados fuera del centro histórico y llevar a cabo inspecciones diarias a las verbenas con ambientación musical en cumplimiento de la obligatoriedad de instalar limitadores de sonido.

"Año tras año, los valencianos están dejando de sentir las fallas como una tradición. Solo el sector turístico y los políticos sacan rédito. Para los valencianos son perjuicios, molestias, suciedad, malos olores y ruido", asegura Amics del Carme que advierte de la turistificación de las fallas. "Da la sensación de que las fallas se pierden como fiesta tradicional"

La fiesta se alarga

Los vecinos del Camen señalan varios problemas. "Las fallas ya no son cuatro días, son tres semanas, y resultan inaguantables para muchos ciudadanos que padecen las molestias y perjuicios provocadas por los desmadres de estas fiestas", apuntan los vecinos de Amics del Carme, en plena Ciutat Vella, uno de los distritos donde se concentra mayor número de visitantes.

Las calles y plazas son las de siempre pero la fiesta ha crecido en todos los sentidos, apuntan los vecinos que señalan que hay diferentes problemas a solucionar:

Entre ellos, señalan limitar los niveles máximos de emisiones acústicas y velar por su cumplimiento es una garantía de salud y seguridad indispensable para todos,

tanto si se trata de música ambiente o de una verbena. El ayuntamiento de València obliga a las comisiones a instalar limitadores de sonido, aunque este año se han relajado las exigencias tras las quejas de algunas comisiones.

Demasiados puestos ambulantes

Señalan los vecinos a la excesiva ocupación de la via pública por puestos itinerantes de comida que nada tienen que ver ya con la gastronomía valenciana, desde food-tracks, mojiterías, gintoniquerías y otros comercios temporales de bebidas alcohólicas. Cientos de puestos ambultantes que, afirman, "han hecho intransitable el centro histórico", cuyo patrimonio histórico ha vuelto a ser objeto de agresiones convirtiendo joyas como la Lonja o los Santos Juanes en mingitorios colectivos. "El mantenimiento de la limpieza y la higiene en las vías públicas ha sido imposible", opinan los vecinos.

Los vecinos piden explicaciones también sobre la concesión de licencia de actividad de apartamento turístico en la vivienda de un noveno piso desde la cual se precipitó un joven de 22 años, que falleció, en el cruce de la avenida del Oeste y la calle Editor Manuel Aguilar, también señalan al descontrol de afluencia en el entorno de la comisaría de la Policía Local de Ciutat Vella, sin la vigilancia oportuna de sus alrededores.