El fuego anuncia un domingo difícil

El Sábado de Gloria convoca a los feligreses de la Semana Santa a la bendición del fuego y el inicio de una nueva era como paso previo a una Resurrección muy amenazada por la tormenta que se prevé para la mañana del domingo 

La Bendición del Fuego, el acto previo a la Resurrección en la Semana Santa Marinera

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

El fuego se apaga con el agua y esa es la metáfora que en la Semana Santa Marinera esperan que no se cumpla. Aunque no pinta bien. El Sábado de Gloria se desarrolló en los Poblats de forma irregular. Afortunadamente, buena parte de los rituales se desarrollaron en el interior de los templos. Y aún así, alguna de las procesiones se vieron alteradas. También es día de socialización en las sedes, donde se notaba un ambiente más distendido.

La bendición del fuego

Era el sábado una jornada de transición, que no de pereza. En ella se lleva a cabo la bendición del fuego. Forma parte del ritual que acompaña a la jornada en la que se reflexiona, se reza y se espera la Resurrección. Que ya sabemos que va a tener lugar. Y en esa situación hay parroquias que llevan a cabo bautismos de neófitos y en todas, se bendice el fuego, que simboliza el nuevo inicio.

Se trata de uno de los ritos menos conocidos a nivel popular, que no parroquial. A la entrada del templo -el primero en el tiempo es el de Santa María del Mar- se enciende una pequeña pira ungida. El gran cirio pascual es el primero que se enciende tras el ritual que anuncio el principio y el final, Alfa y Omega y la cruz de Cristo, que se trazan en la cera. El párroco se dirige entonces al fuego y, desafiando el viendo de la costa, se enciende la mecha. A partir de ésta, la feligresía va encendiendo sus pequeños cirios, en un acto de compartición del sentimiento. Con las luces completamente apagadas, se traza una espectacular de la iglesia totalmente a oscuras sin más iluminación que las pequeñas llamas que titilan en las bancadas.

El fuego y el agua fueron los protagonistas del Sábado Santo, pero el agua quiere seguir siéndolo el domingo y aquí ya no es tan bien recibida. No hay más neófitos que bautizar. Ahora, lo único que puede hacer es abortar el final de la fiesta. El momento de júbilo y fervor, en el que las calles del Marítimo recuperarán el esplendor y acogerán el momento, siempre emotivo, de unir imágenes de Cristo y la Virgen en Encuentros, que simbolizan la Resurrección. Pues bien, desde primera hora habrá que estar pendientes de termómetros, barómetros, portales meteorológicos y, sobre todo, del cielo. Toda la mañana se prevé con lluvia, en cuyo caso serán suspendidos los encuentros en la calle.

Desfile de Resurrección

Mientras, el rayo de esperanza parece asomar para el Desfile de Resurrección, puesto que las previsiones para esa hora han bajado ostensiblemente. Del 65 por ciento al 35 por ciento. No se augura uno de esos desfiles triunfantes, a pleno sol. Pero el mejor de los escenarios significaría darle el cierre que toca a una Semana Santa Marinera que ha esquivado buena parte de lo que no han podido evitar en otras latitudes.