Vibrisas en los gatos: ¿qué son y para qué sirven?

Se trata de unos filamentos repletos de terminaciones nerviosas que resultan vitales para los felinos

Las vibrisas de los gatos les permiten controlar su entorno incluso de noche.

Las vibrisas de los gatos les permiten controlar su entorno incluso de noche.

Los gatos tienen un 'arma secreta' que utilizan para numerosas y vitales funciones, como cazar o detectar infímos movimientos que les permiten saber si algún peligro se acerca. Son las vibrisas, también conocidas como bigotes, aunque los felinos disponen de estos receptores no sólo en el rostro, sino también en la parte posterior de las patas.

Las vibrisas de los gatos son unos filamentos rígidos con numerosas terminaciones nerviosas, lo que les permite utilizarlos a modo de exquisito sentido del tacto. Son unos pelillos más gruesos que los pelos que recubren su cuerpo y que nacen a tres veces más profundidad.

Para qué sirven las vibrisas

Los bigotes de los gatos o vibrisas indican a los felinos cuál es el ancho de su cuerpo y, por lo tanto, les dicen si caben o no en un hueco. También les revelan si algo está próximo a su cara aunque esté oscuro, ya que le sirven a modo de improvisado sentido táctil. Si algo roza en sus vibrisas, hay un objeto contra el que pueden chocar. Si hay vía libre y éstas no rozan con nada, tienen vía libre.

En este mismo sentido, las vibrisas de los gatos les permiten sopesar un objeto de cerca pese a que estos felinos no pueden enfocar bien a una distancia inferior a los 30 centímetros. Para saber de qué se trata, dirigen sus bigotes hacia delante y pueden incluso intentar rozarlo con una de sus patas para que las vibrisas que tiene allí le revelen el tamaño y la distancia a la que se encuentra ese elemento.

Vibrisas de los gatos: qué son y para qué sirven.

Vibrisas de los gatos: qué son y para qué sirven.

La sensibilidad de las vibrisas de los gatos es tan alta que incluso pueden detectar cualquier mínima variación en el viento y en la velocidad de éste, o incluso en la humedad relativa del aire o en las vibraciones electromagnéticas. De ahí el llamado 'sexto sentido' del gato, que le permite conocer temblores de tierra o erupciones volcánicas en su fase de inicio y qu e le ha brindado poderes sobrenaturales a este animal.

Así que si un gato se rompe o pierde una vibrisa de forma natural, sus sentidos se verán tremedamente alterados. Si se las cortamos, impediremos que se desenvuelva correctamente en su entorno (más aún si tiene acceso al exterior, donde se dan más situaciones de riesgo) y, aunque antes o después volverán a crecerle, lo cierto es que lo alteraremos de manera grave.