Lleva por nombre DEP, deep brain simulation, y mide apenas 4x5 cm, un tamaño similar a un pequeño estuche de colorete o a la caja de unos Airpods, pero mucho más estrecha. Se trata de un pequeño dispositivo electrónico, cuya implantación promete cambiar la vida de los pacientes de párkinson incrementando su calidad de vida durante los 10 o 15 años posteriores a su puesta en funcionamiento. Menores temblores, menor rigidez de las extremidades y mayor control del sistema motor gracias a una estimulación cerebral focalizada y adaptada gracias a la información recogida por el dispositivo, una especie de marcapasos de ondas cerebrales, que sustituye la dopamina -la medicación habitual para los pacientes con esta patología- y, por tanto, elimina sus posibles efectos secundarios. Se comenzó a implantar en Japón y Estados Unidos; pero ahora, se implantará también en el Hospital La Fe de València.