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Un alumno con atrofia se queda sin educador en Sueca porque el Consell no lo envía al centro

Necesita un profesional para atenderle en clase, pero la Generalitat no lo concede pese a reconocerle el derecho

Los recortes del Ejecutivo de Alberto Fabra vuelven a golpear a los más débiles. Esta vez el afectado es el pequeño Áxel, un niño de Sueca de tan solo 12 años que padece atrofia muscular espinal de tipo 2, una enfermedad degenerativa que le obliga a ir en una silla de ruedas motorizada. Con una minusvalía reconocida del 75 %, y pese a tener valorada por la Administración autonómica la necesidad de la ayuda de una tercera persona, la propia conselleria le priva desde el inicio del curso escolar de un educador que le atienda durante las horas que pasa en el IES Joan Fuster de la capital de la Ribera Baixa, centro donde ha empezado a cursar 1º de ESO.

Áxel necesita un profesional a jornada completa para ayudarle a hacer cosas tan básicas como ir al baño, sacar los libros de la mochila, subir por el ascensor, atenderle en caso de urgencia „ya que padece problemas respiratorios„ o ajustarse el corsé que está obligado a llevar por la escoliosis de la cual adolece. Así lo defiende su familia y así lo confirman distintos informes médicos. Pese a que sus padres solicitaron esta ayuda con el tiempo y la antelación suficiente, por ahora la Generalitat Valenciana no ha dado señales de vida.

Esto obliga a la madre de este brillante estudiante „se situó entre los mejores expedientes del pasado período lectivo en el colegio Carrasquer en el que estaba matriculado„ a estar yendo cada dos por tres al instituto para ayudar a su hijo. A la hora del patio, en los descansos y cuando existe alguna urgencia, Rachel Martorell, hace acto de presencia en el centro, una situación que afronta con una gran indignación. «Yo sabía que vendría el día y el niño no tendría el educador», reconoce apurada.

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